Las quejas no son nuevas y se vienen repitiendo desde hace una década. Los vecinos de Barrio Gimeno están hartos de la situación en la que se encuentra el edificio situado en el número 24, que está en desuso desde que el curso 97-98 cerrara sus puertas la escuela de formación profesional de la Compañía de Jesús.
Los Bomberos tuvieron que actuar por enésima vez para retirar parte de una uralita de la cubierta que amenazaba con caerse. Desplegaron una autoescala para alcanzar el tejado, lo que hizo que se tuviera que cortar la calle. Durante los trabajos también supervisaron otros elementos del edificio para comprobar que estaban afianzados.
La falta de mantenimiento ha hecho que se produzcan continuos desprendimientos de la cubierta o de la fachada a la calle con el consiguiente peligro para las personas que salen de sus casas o transitan por ella. Además, los cristales de las ventanas se han ido rompiendo y se está acumulando suciedad en su interior, así como roedores y palomas que provocan insalubridad y molestias.
La Asociación Nuestro Barrio ha recogido las quejas vecinales y las ha trasladado al Ayuntamiento. «No es lógico que no se obligue a los propietarios a conservar el inmueble y se acumule suciedad y ratas», lamentó su presidente, Florentino González, que instó a denunciar este tipo de situaciones.
Cabe recordar que la Compañía de Jesús, titular del inmueble, ya realizó una limpieza del edificio en 2011 a raíz de las quejas de los vecinos y también del instituto Cardenal López de Mendoza, que ocupa unas dependencias cercanas. Se llegaron a retirar 300 palomas del interior y cientos de kilos de basura, entre los que se deslizaron algunos boletines de notas.
La promotora Mountain View Real presentó en 2016 un proyecto para levantar un bloque de viviendas de 7 alturas que el Ayuntamiento rechazó. Finalmente, en 2017 la Gerencia de Fomento redujo la edificabilidad y dio luz verde a la construcción de dos bloques de seis alturas. La fachada que da a la calle Barrio Gimeno tiene protección y debe mantenerse. Sobre uno de los dos inmuebles que constituyen el antiguo centro educativo hay un expediente de ruina para su demolición, que está en instrucción desde julio del año pasado. Mientras, el deterioro sigue avanzando.