«Hay que ser honestos. Es muy complicado que podamos abrir en el puente. No estamos en la línea de salida». La Federación Provincial de Hostelería parece haber asumido que la reapertura de sus negocios tardará en llegar y ahora su principal caballo de batalla es exigir a la Junta de Castilla y León que las ayudas directas que parece que sí les prometen lleguen de una forma «rápida y dinámica» para que se paguen en un plazo de «10 o 15 días».

Así se expresa el presidente de los hosteleros, Fernando de la Varga, quien reclama que no se les obligue a entrar en un camino de compleja burocracia ya que es necesario que las ayudas lleguen ahora y no que haya que esperar a marzo o abril para cobrarlas. Porque en eso, ya están acostumbrados a malas experiencias.

De la Varga participó ayer por la mañana en una reunión con el presidente del Ejecutivo autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, de la que no salieron con la sensación de que la Junta vaya a relajar los criterios para permitir la reapertura de sus negocios. Se mantiene que no se producirá hasta que la incidencia de contagios en los últimos 14 días esté por debajo de los 400 por cada 100.000 habitantes. Y eso en la capital burgalesa supone hablar de un plazo de aproximadamente 25 días.

Los hosteleros reconocieron su decepción porque desde la Junta no se les hiciera una propuesta sobre las ayudas y les pidiera al sector que hiciera sus números. Esperan tener una cifra que aportar a lo largo del día de hoy o de mañana.
De lo que se trata es de que las ayudas que se concedan se repartan de la manera más justa y de ahí que estén trabajando en los cálculos con diferentes variables: número de empleados, metros cuadrados del establecimiento, IVA...
Lo que se les ha transmitido desde la Administración regional es que la Junta asumiría el 35% del importe que se les conceda. Entienden que el Gobierno de España debería de pagar el 50% y las entidades locales el otro 15% (...)

(Más información, en la edición impresa de Diario de Burgos de este miércoles)