Estar guapa para estar bien

G.G.U.
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Hace dos años que el HUBU se sumó a los talleres que la Fundación Stanpa creó para promover una mayor autoestima en las mujeres con tratamiento oncológico a través del cuidado y la estética

Las enfermeras de Oncología Médica, con la supervisora, Inmaculada Gandía (de rodillas, primera a la izquierda), participan activamente en los talleres ‘Ponte guapa, te sentirás mejor’. El próximo será el 11 de noviembre, a través de internet. - Foto: Valdivielso

Piel cetrina, tirante e hipersensible; ojeras y bolsas; caída de pelo, pestañas y cejas... Los efectos secundarios del tratamiento del cáncer de mama, que de por sí conlleva la pérdida de uno o los dos pechos, agudizan de tal forma el impacto psicológico que muchas de las enfermas dejan de reconocerse en su propio ser. La autoestima cae en picado y he ahí la razón de que la Fundación Stanpa, de la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética, lanzara un proyecto para que la atención de la paciente oncológica fuera más allá de las consultas médicas y de las quimioterapias: ‘Ponte guapa, te sentirás mejor’. Hace dos años que el HUBU suscribió el convenio de colaboración y la experiencia, dicen las promotoras, ha sido muy positiva.

La directora del programa, Pilar Cairó, explica por teléfono que el objetivo es «dotar a las enfermas de cáncer de las herramientas necesarias para facilitar el cuidado personal, mediante la utilización de determinados productos y el seguimiento de unas rutinas, para que recuperen la salud de la piel y su aspecto». Para ello, la fundación organiza unos talleres periódicos en el hospital que siempre cuentan con la supervisión y participación de enfermeras del servicio de Oncología Médica y con la colaboración altruista de profesionales de la estética, que son quienes los imparten. «Nosotros entregamos un neceser con los productos que van a necesitar y en el taller les enseñan a utilizarlos», señala Cairó, subrayando que es un donativo gratuito y no promocional.

Unas palabras que corrobora una de las consultoras de belleza que, como voluntaria, más talleres ha impartido en el HUBU, Gema Reguera, y también la supervisora de enfermería en Oncología, Inmaculada Gandía. «Regalarles el neceser es importante por el valor que tiene, porque las pacientes sienten que se ha pensado en ellas», subraya esta enfermera, que desde el minuto uno se entusiasmó con el proyecto. «Muchas veces, en consulta, nos preguntan por cuestiones no tan relacionadas con el cuidado de la piel como con el hecho de que se ven fatal», añade, explicando que la participación en un taller práctico «en el que siempre aprenden algún truquito» les permite ganar «autoestima, sentirse más satisfechas y mejor». ¿Y al personal? «Nosotras nos involucramos en esto fuera de nuestro horario laboral porque, aunque seguimos de blanco en el taller, queremos que nos vean en un ambiente más distendido y que también nos interesa que estén bien más allá de la puerta de la consulta», dice, remachando que cada sesión termina con un piscolabis al que invita el jefe de servicio, Carlos García Girón. «Es el único hospital de España en el que pasa esto», apunta Cairó.

Gema Reguera es consultora de belleza. Gema Reguera es consultora de belleza. - Foto: Miguel Ángel ValdivielsoCada taller, presenciales hasta el estallido de la pandemia y ahora a través de internet, dura unas dos horas y tiene aforo reducido. La Fundación Stanpa fija las fechas, Enfermería informa con carteles sobre cuándo se van a celebrar y anima la asistencia y, por último, los profesionales voluntarios se inscriben para dirigirlos. Una de ellas es la consultora Gema Reguera, quien comienza la conversación con este periódico destacando que «no hay dinero que pague todo lo que me aportan a mí los talleres». Explica que lo que más le impresionaba de las sesiones presenciales es que cuando las asistentes se dirigían a su puesto y veían el espejo «evitaban mirarse». Pero cuando la sesión terminaba, se habían relajado, habían hablado de otras cosas distintas a su proceso con personas que entienden mejor que nadie por lo que están pasando, su actitud cambiaba. «Ves que hay quien no suelta el espejo, y eso es tan gratificante...».

Reguera destaca que su objetivo es conseguir que aprendan a cuidarse por fuera tanto como por dentro. «Lo primero es la piel: que ha de estar limpia, hidratada y siempre con factor solar. También en la cabeza, ¡aunque se lleve peluca!», subraya, destacando que eso no se sabe si no te lo dicen en talleres como estos. El próximo, el 11 de noviembre y, de nuevo, telemático.