Polémica absolución de los acusados de matar a Ignacio Mateu

I.E.
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La Audiencia Nacional absuelve a los etarras 'Kubati' y 'Fermín' del atentado contra el hermano del diputado por Burgos Jaime Mateu a pesar de que sus huellas se hallaban en los tubos que colocaron como bombas trampa

Ignacio Mateu - Foto: DB

Las huellas de José Antonio López Ruiz, alias Kubati, y José Miguel Latasa Guetaria, Fermín, en los tubos de PVC usados en el atentado que se cobró la vida de Ignacio Mateu -hermano del diputado por Burgos Jaime Mateu- y otro guardia civil en 1986  no son prueba suficiente para condenarlos, según la Audiencia Nacional, que tilda esas evidencias de un mero «indicio». El tribunal soslaya su importancia probatoria y para establecer su inocencia esgrime una serie de deducciones -que echan por tierra informes de inteligencia de la propia Benemérita- para «poner en duda» la participación de estos terroristas en el ataque de ETA contra la casa cuartel de Aretxabaleta hace 34 años. 

La sentencia considera que la  evidencia física -prueba de cargo- que los relaciona con el atentado no es consistente porque solo implica que «en algún momento estuvieron en contacto con los tubos de PVC (empleados a modo de lanzagranadas), pero no necesariamente significa que participaran» en el atentado. Es decir, el fallo se alinea con la tesis de que como integrantes del comando Goierri-Costa en esa época pudieron comprar el material y entregárselo a otro talde de la banda.

Para exculpar a ambos acusados, los magistrados articulan un argumentario en el que abundan las conjeturas. Un ejemplo. En la madrugada de ese 26 de julio de 1986 se produjo otro atentado antes, a las 3, en Villafranca de Ordizia, por el que fueron condenados estos dos etarras. Pues bien, el fallo señala que «resulta poco probable» que tras activar el vehículo bomba al paso de un vehículo de la Guardia Civil en esa localidad, Latasa Guetaria «se desplazase de nuevo hasta Aretxabaleta para preparar el atentado» objeto de juicio. Da credibilidad a la versión del etarra, que califica de «más coherente», quien aseguró que tras el ataque en Villafranca «se bajó a su pueblo y se incorporó a las fiestas». Sin embargo, el propio fallo indica que por distancia entre ambas localidades -42 kilómetros- los dos encausados pudieron cometer ambos atentados.

Asimismo, por una conversación de bar, la Audiencia Nacional considera más plausible que fuera el comando Araba el que cometiera el ataque de Aretxabaleta. Uno de sus miembros, Juan Ramón González Mendizábal, declaró en 1986 que en un bar de Duranto se encontró con José María Gabirondo, alias Txispas, quien nada más verle le dijo: «Has visto qué hostia, un muerto y un herido», en referencia al atentado de la casa cuartel de Aretxabaleta. Luego por la radio se enteró de que eran dos fallecidos, pero entendió por la ironía de Txispas (sic) que habían sido ellos (el comando) los autores del ataque. Sobre un informe pericial de inteligencia, el fallo dice que solo aporta conocimientos, «no puede aplicarse a los hechos».