Una tesis de la UBU constata el daño emocional de la covid

G.Arce
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Basada en un trabajo de campo con 3.000 personas, la investigación de Paula Rodríguez analiza las causas de la «fuerte» caída de la satisfacción con la vida registrada durante 18 meses de crisis sanitaria

Una tesis de la UBU constata el daño emocional de la covid - Foto: Luis López Araico

El pasado lunes 13 se defendió la primera tesis doctoral de la Universidad de Burgos que aborda en profundidad la crisis de la covid-19. El trabajo, calificado con sobresaliente cum laude, está firmado por la  burgalesa Paula Rodríguez Fernández, una terapeuta ocupacional especializada en la investigación de los programas de neurorehabilitación en pacientes que han sufrido un ictus o el Parkinson. Esta joven investigadora vio en la crisis del coronavirus una oportunidad para investigar un campo apasionante, el grado de satisfacción con su vida de las personas, y concluir algo que todos intuíamos: se ha sufrido «muchísimo» en los últimos meses.

La tesis arranca a mediados de marzo de 2020, cuando el estado de alarma paralizó todas las investigaciones que se estaban realizando en la UBU y, a la vez, abrió un excepcional periodo de confinamiento masivo en los hogares del cual se podían extraer gran cantidad de datos y variables. Primero se pensó en un horizonte de quince días, pero el estado de alarma se alargó hasta finales de junio y, como ha constatado, «ha tenido un impacto muy significativo en nuestras vidas: la satisfacción con la vida ha disminuido muchísimo, nuestro equilibro vital también y los síntomas psicológicos han aumentado».

Desde el primer día laborable del confinamiento hasta el último se abrió una encuesta de ámbito nacional en la que participaron 3.261 personas a partir de los 18 años, de todo tipo y condición. «Recogimos datos socio-demográficos y médicos y también variables relacionadas con el equilibrio ocupacional, el que genera una persona en su día a día en el desempeño de diferentes roles y actividades, y con la satisfacción con la vida, el bienestar de las personas».

A todos esos datos sumó otros, de ámbito internacional (en 15 países), centrado en las variables psicológicas generadas por la pandemia, como el estrés, la ansiedad, la depresión, la pérdida de calidad de vida, el desajuste en sus rutinas diarias de trabajo, ocio, descanso, entre otras.

Paula Rodríguez investigó en todos estos datos para dar cuerpo a su tesis doctoral, que ha titulado ‘Covid-19: Consecuencias psico-emocionales y ocupacionales del confinamiento y distanciamiento físico en adultos’. El trabajo académico ha contado con la dirección de los profesores Jerónimo Javier González Bernal, Josefa González Santos y Raúl Soto Cámara.

Su estudio parte de una idea clave: «el estado de salud no es solo la ausencia de enfermedad sino un bienestar físico, psicológico, mental y ocupacional». Bajo esta premisa ha advertido que existen poblaciones más vulnerables al distanciamiento físico o a los momentos críticos como los vividos.

Entre los más vulnerables, sostiene Rodríguez, están las mujeres, los jóvenes, las personas con antecedentes de enfermedad psiquiátrica previa y aquellos que no tenían ocupación laboral o estudiantil cuando les sorprendió la crisis.

 

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