El 2020 tardará en olvidarse por el estallido de la pandemia, que desencadenó un una cascada negativa para la economía. El impacto también lo sintió el Ayuntamiento de Miranda y como foto de la situación, la Cuenta General del pasado ejercicio revela un empeoramiento en la mayoría de los ratios, aunque como defendió el portavoz del equipo de gobierno, Miguel Ángel Adrián: «Este año tampoco va a venir el fin de mundo». Además, añadió que la administración local ha sido capaz de «mantener la totalidad de los servicios», lo que demuestra el músculo financiero de las arcas.
La pandemia fue la principal justificación para explicar el descenso en el gasto y la inversión por habitante. También sirvió para justificar el incremento del endeudamiento hasta los 591 euros por vecino, frente a los 568 de 2019. La reducción de los ingresos, debido a las medidas para ayudar a sectores, derivó en una caída en los ingresos, aunque por parte de la oposición, los grupos hicieron reproches más allá de los efectos negativos de la covid, porque todos recordaron el desfase presupuestario en los ingresos de ciertos impuestos en 2020, en especial en el IBI.
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