Un 'Juego de Tronos' en Mediterráneo del siglo XIII

ALMUDENA SANZ
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Jorge Molist rescata del olvido la relevancia de esta zona, cuyas puertas a España abren Pedro III y Constanza de Sicilia, en 'La reina sola', que presenta mañana en el Museo de la Evolución Humana

Jorge Molist trasladará al público a un escenario histórico tan desconocido como sugerente y lo hará acompañado de atractivos personajes. - Foto: Asís G. Ayerbe

La importancia olvidada del Mediterráneo en la construcción del imperio español; el papel principal y no reconocido de las mujeres, desde la reina Constanza a Macalda de Escaleta; la audacia de Pedro III de Aragón; la ambiciosa y determinante trayectoria del almirante Roger de Lauria; la arrolladora fuerza de los hombres y mujeres almogávares... Jorge Molist se embarca en el rescate de la desconocida epopeya española en el Mediterráneo en La reina sola, su nueva novela, por la que pasean seductores personajes, la mayoría históricos, que trufan estas páginas de amores y luchas, intrigas palaciegas y venganzas, duelos y conspiraciones. Unos vericuetos por los que transitará mañana el escritor catalán en el Museo de la Evolución Humana (19.15 h., aforo limitado, necesario retirar invitación), con la colaboración de la librería Luz y Vida.

La reina sola navega por el Mediterráneo para ponerlo en el lugar que se merece en la Historia, una posición ensombrecida por la hazaña al otro lado del Atlántico.

«Pedro y Constanza abrieron a España las puertas del Mediterráneo, que en ese momento era el centro del mundo. Sí ha sido importante América, pero ya no tenemos nada allí, y en cambio en el Mediterráneo conservamos las Baleares y Ceuta y Melilla en el norte de África», reflexiona el autor al tiempo que enfatiza que el «primer imperio español fue en el Mediterráneo».

Un 'Juego de Tronos' en Mediterráneo del siglo XIIIUn 'Juego de Tronos' en Mediterráneo del siglo XIIIPara afianzar sus palabras y como curiosidad advierte que en el primer escudo de los Reyes Católicos ya aparecía el de Sicilia, junto con el de Castilla, León y Aragón. Más tarde se incorporarían Granada y Navarra. «Cuando se casaron Fernando e Isabel, dos años antes ya era él rey de Sicilia. Por lo que, el primer reino de España fue Sicilia. En ese momento, España ya estaba abierta al Mediterráneo. Todo el sur de Italia, desde Nápoles a Malta, era español», llama la atención y lamenta la omisión de este capítulo en la Historia. «La epopeya americana fue tan esplendorosa que, de alguna forma, hizo olvidar la del Mediterráneo, pero la aventura de España aquí es como Juego de Tronos, con almogávares en vez de dragones», ahonda.

Lo que se vivió allí fue, realmente, un culebrón fantástico. No le falta de nada. Incluso brinda giros inesperados que dejan con la boca abierta. Como el abandono de Pedro III de su esposa una vez coronada reina para participar en un duelo. Pero aún es pronto. Antes hay que profundizar en otros episodios y personajes.

Todo empezó con Jaime I El Conquistador. Quería ganar terreno y habitantes para Aragón. El millón con el que contaba era escaso frente a los 16 de Francia, «que llevaba tiempo acosándole y quitándole territorios», y los cinco de Castilla, con la que mantenía unas excelentes relaciones que le impedían expandirse hacia allí. Puso su mirada en el mar.

La empresa sería ardua. Habría que hilar fino. El primer paso fue el matrimonio de Pedro con Constanza, princesa de Sicilia. Pero los franceses -«eran los matones del siglo XIII»- ya estaban allí, no podían permitir que entraran sus vecinos, volvieron a la carga y conquistaron Sicilia, que no a los sicilianos. Estos se levantaron en armas y en una de las revueltas llegó un oportuno Pedro III, al que coronaron rey. Lejos de imponerse la paz, al frente abierto con Francia se sumó otro con el Papa. El nuevo monarca no se arredra, pide a Constanza que vaya para allá con tres de sus hijos para continuar la dinastía aragonesa en el sur de Italia. «Al día siguiente de coronarla reina, le dice adiós muy buenas, que se va. Y ahí tenemos a Constanza, sola frente a los tres grandes poderes del siglo XIII, que querían reconquistar Sicilia, y sola contra las sublevaciones interiores, que querían echarla del trono», remacha.

Sorprendente viraje. ¿Qué ocurre para que Pedro abandone a su mujer? Pasa que el orgullo del aragonés es atacado. Y por ahí, no. El francés, que ve amenazadas sus posesiones, le acusa de traición y le reta a un duelo en Francia, en territorio enemigo. «Y Pedro, que fue el rey más audaz que hemos tenido en España, aceptó, pese a que todos le decían que era una trampa».

Poca oposición pudo hacer Constanza ante la firme resolución de su esposo. Tras la inseguridad de un primer momento, tirará adelante y luchará contra esas fuerzas externas e internas.

Junto a ambos protagonistas, aparecen personajes secundarios con un papel determinante en el devenir de lo acontecido: el almirante Roger de Lauria, fundamental en la defensa de Sicilia; y los almogávares, fieros guerreros españoles que ayudaron a Aragón en su expansión en el Mediterráneo -«hoy nos sorprende que Atenas fuera 100 años española, pero lo fue gracias a uno y otros»-.

Pero también hay poderosas figuras femeninas: una histórica, Macalda de Escaleta, «antagonista de la reina, una siciliana brillantísima, campeona jugando al ajedrez, se vestía de soldado y capitaneaba a sus caballeros en la sublevación contra los franceses y luego en el salón se convertía en la mujer más seductora entre los hombres para obtener más poder», y otra de ficción, pero basada en la realidad, Súria, que representa a las mujeres almogávares, «que luchaban para defender a la familia y también en el campo de batalla cuando era necesario», de la que se inventa el nombre porque en las crónicas del momento no aparecían los de la gente del pueblo.

Ondea aquí Jorge Molist otra bandera. «Mientras Pedro y el almirante tienen calles dedicadas en muchos lugares de España, la reina, no; es una injusticia, debería tener también el reconocimiento debido», defiende convencido de que reivindicar a estos personajes olvidados es otro reto pendiente en la Historia de España.