El alcalde se coge excedencia

I.P.
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MiIlán Bermejo disfruta desde el pasado 8 de julio de un periodo de 'descanso' de 3 meses de su actividad municipal. «Tengo un negocio turístico que lleva 2 años parado y es lo que me da de comer», dice en referencia al torreón de Fernán González

Millán Bermejo (d), durante una de las charlas de las Jornadas de Historia de España que ha organizado este verano. - Foto: DB

Trabajar su propio negocio y sacar dinero para aguantar todo el invierno. Así justifica Millán Bermejo, alcalde de Covarrubias, la excedencia de tres meses que se ha tomado de su labor al frente del Ayuntamiento rachel. Quien en el pueblo quiera ver algo más en esa decisión, será responsable de sus propio pensamientos, dice Bermejo. 

Desde el 8 de julio al 13 de octubre. Ese es el periodo concreto en el que Bermejo estará fuera de la Corporación, asumiendo el cargo de regidor Juan Eugenio Cano Muñón, primer teniente de alcalde. 

Prácticamente lleva ya la mitad del tiempo solicitado disfrutando de esa excedencia y viendo los toros desde la barrera. Pero eso no significa que Millán Bermejo esté desocupado, bien al contrario, se ha dedicado en cuerpo y alma al proyecto turístico en torno al torreón de Fernán González, histórico inmueble de su titularidad, «que es lo que me da comer», recuerda, y a cumplir un sueño que llevaba tiempo madurando y que le requería una dedicación especial, motivo también por el que se planteó  ‘abandonar’ por un tiempo su responsabilidad municipal, como ha sido la organización y celebración de las I Jornadas de Historia de España, que se desarrollaron en el patio de la fortaleza, y que cerraron con una buena noticia, como fue la concesión a la sociedad Torreón Fernán González del Premio Nacional de Historia Militar y de España por la Federación Española de Asociaciones de Historia.

Y es que a Millán, del que hay que reconocer que es un personaje singular y apasionado del mundo de la historia militar, le apetecía completar las visitas turísticas al torreón, que él mismo guía, con la organización de charlas y conferencias que pusieran en valor ese tema; pero si esto último es importante, no menos es la primera parte, porque desde que decidiera trasladar su residencia a la villa rachela, Millán y su mujer Paloma, viven del turismo, de las visitas al torreón, que cuentan con tienda de regalos, y donde entre otras piezas y libros, se pueden adquirir joyas diseñadas por ella.

El alcalde explica, por otra parte, que tras casi dos años muy duros por la pandemia, había que reflotar el negocio, «para lo que era necesario trabajar este verano, la mejor época». Compatibilizar este proyecto turístico con las labores municipales se le antojó bastante complicado, así que expuso el tema a su equipo de Gobierno municipal y contó con su apoyo, y aceptaron la delegación de funciones en el teniente de alcalde.
Millán reconoce que el hecho de no cobrar sueldo como regidor, tan solo las prima por comisiones y plenos y el kilometraje, también ha pesado en la decisión, y no es que esté reivindicando cobrar del Ayuntamiento, no, solo expone la realidad y la necesidad de rentabilizar su propio negocio.  Además, está aprovechando este tiempo para seguir indagando y buscando documentación para el nuevo libro que quiere publicar, que versará sobre la arquitectura defensiva mozárabe.
Reconoce que este periodo le ha venido muy bien; el Ayuntamiento ni le ha pisado desde entonces ni ha intervenido en ninguna cuestión municipal, «si lo dejas, lo dejas para todo, sin importunar y confiando en tu gente», añade, para reincidir que no se está metiendo en nada, «y tampoco se si me están echando de menos», añade con ironía. «En todo caso, la gente ya ha tenido un chascarrillo para todo el verano», se ríe.
No se arrepiente de la decisión, y aunque no sea algo habitual tomarse un descanso en el ‘trabajo’ de alcalde, reconoce que ha sido un año complicado, en el que como máxima autoridad ha tenido que tomar decisiones duras en pandemia y en la postpandemia, «pero aún más duro ha sido no poder trabajar y facturar dinero en mi negocio y tirar de ahorros». Piensa que tampoco es malo ver la política municipal desde fuera ‘estando dentro’ y tener otra perspectiva «como un ciudadano de a pie». «Hablas con uno, con otro, ves la realidad del pueblo desde la otra parte y coges ideas». Dice que volverá con ánimos renovados.