Estoy nervioso. El Burgos CF está, en el mejor de los casos, a 90 minutos de volver a Segunda. Desde su refundación, solo un año ha competido en el fútbol profesional; fue en 2001, y muchos de los que hoy están en Almendralejo ni habían nacido o no tenían edad para recordarlo.
A tierras extremeñas se ha desplazado una «enorme cantidad de gente joven», destacaban estos días desde el club. En total habrá dos mil aficionados, pero con otro horario serían más. De hecho, 700, tantos como entradas ofreció la Federación, ya estuvieron hace una semana en Don Benito; entre ellos, Gabriel.
A sus 8 añitos, con la camiseta roja del Burgos y la bufanda al viento, este pequeño aficionado blanquinegro expresó, ante la cámara de Mega, la ilusión de todo el burgalesismo y de toda una ciudad que ya presume por Europa y allende los mares de equipo de baloncesto y ahora también quiere hacerlo de equipo de fútbol por los campos de Segunda.
Volviendo atrás, de aquella 2001-2002 recuerdo bien la noche que el Burgos se puso líder tras pasar por encima del Xerez de Schuster, el sopapo del Ferrol de Emery y Fran Nogueira, la manita al Numancia en Los Pajaritos, la mañana de Reyes con el Atleti de Aragonés en El Plantío o la cantidad de 0-0 que nos ‘comimos’, incluido el día del Sporting con la vieja Lateral a rebosar de sportinguistas.
Fue una temporada inolvidable, pero supo a muy poco por la no conversión en SAD que acabó con el equipo en Segunda B y más tarde en Tercera. «Era nuestro destino estar aquí otra vez, bajamos al infierno para luego volver…», canta Gabriel y toda la afición.  ¡Adelante, campeadores!