Accidentes con armas por deficiencias en la comisaría local

R.C.G.
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Los policías de Miranda denuncian ante la Inspección de Trabajo que al manipular la pistola en un espacio mal acondicionado se han escapado disparos

Los agentes de Policía Local denuncian también que llevan más de un año sin hacer las prácticas de tiro obligatorias. - Foto: Jesús J. Matías

Los policías locales de Miranda llevan mucho tiempo sin realizar prácticas de tiro. La normativa establece que es obligatorio hacerlas semestralmente, pero la mayoría de agentes mirandeses lleva más de un año sin probar su arma reglamentaria, y algunos incluso acumulan cuatro años sin usarla. 

El motivo esgrimido por los responsables municipales es que ahora mismo no hay en la plantilla un instructor capacitado para supervisar esta tarea, «pero cuando lo hemos tenido, tampoco las hemos hecho», aseguran los representantes sindicales, quienes acusan de «desidia» al equipo de gobierno en un tema vital para la seguridad. «No solo es obligatorio, sino que es necesario entrenar para estar preparados ante cualquier situación de emergencia», remarcan. 

En la plantilla actual hay policías que «no han practicado nunca». Es el caso de los últimos efectivos que se han incorporado, mientras que otros  de más antigüedad han optado en los últimos meses por pagarse ellos mismos los ejercicios de tiro y la formación. 

Además, el armero de la comisaría local no cuenta con zona de carga y descarga (zona fría) y tiene una altura insuficiente, por lo que existe riesgo de golpearse con la iluminación. Una evaluación de Riesgos Laborales realizada hace casi dos años ya instaba a rediseñar el espacio, algo que no se ha hecho a pesar del tiempo transcurrido. 

El lugar en el que se guardan las pistolas que utilizan los policías se encuentra «en el interior de un armario empotrado de difícil acceso» tanto por tener un poste en el medio como por las propias características del habitáculo, ya que la puerta ni siquiera llega al medio metro de anchura. «Es un cuchitril indecente», afirman los representantes de los funcionarios. 

Al no disponer de zona fría, los agentes tienen que manipular el arma en un espacio interior de poco más de un metro cuadrado, lo que eleva el riesgo de sufrir un accidente. De hecho, ya se han escapado algunos disparos, «rebotando los proyectiles hasta incrustarse en la puerta o pared», según consta en una denuncia presentada ante la Inspección de Trabajo. En dicho documento, se pide que hasta que se adopten medidas más profundas, al menos se precinte el armero.  
reformas pendientes. No es la única deficiencia respecto a la que se llama la atención, ya que las dependencias de la Policía Local carece de un vestuario femenino por lo que se ha adaptado un baño de reducidas dimensiones, y el despacho de Oficiales no cumple con el protocolo sanitario ya que no dispone de ventilación ni natural ni artificial a pesar de que coinciden diez personas  durante el cambio de turno. 

Asimismo, la denuncia pone de manifiesto ante Trabajo la existencia una escalera de caracol que solo debería usarse como escalera de servicio, y por lo tanto de forma esporádica, pero al ubicarse en el primer piso un vestuario y un almacén, se le da un uso frecuente. Una anterior inspección ya advertía sobre su riesgo, pero aún así continúa habilitada.