La Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento arandino se ha propuesto como uno de sus retos el poner en valor el patrimonio natural con el que cuenta la ciudad que, además de riqueza industrial y enoturística, puede presumir de contar con amplios espacios verdes. Uno de ellos es el monte de La Calabaza, de utilidad pública y propiedad municipal, que ahora va a ser objeto de una puesta a punto para que su uso y disfrute por parte de la población aumente. «Muchos son los que van, los que vamos, a pasear o a hacer ejercicio a este enclave maravilloso y queremos que recupere elementos que favorecen esa práctica deportiva, ya sea por ocio o por salud, para toda la población y con idea de que dure por mucho tiempo», resume el edil de Medio Ambiente, Carlos Fernández. El proyecto cuenta con una partida de 150.000 euros para dotar a este enclave de un área recreativa y potenciar su utilización como entorno para la práctica de la actividad física, tanto a pie como en bicicleta.
Uno de los fines de estos trabajos, que tendrán una duración de ocho meses según la memoria, es adecentar un espacio junto al claro que ahora se utiliza como aparcamiento sin regular. De hecho, esa zona para el estacionamiento de vehículos se va a ampliar y mejorar, reservando un total de 1.800 metros cuadrados de superficie que se va a delimitar mediante unos muros de mampostería de 25 centímetros de altura, rematados por un vallado de madera «que servirá a su vez para delimitar el área recreativa e impedir que entren los vehículos a esa zona», como se especifica en la memoria valorada de este proyecto, en la que también se especifica que «el arbolado existente servirá también para dar sombra al párking con lo que el muro no se realizará de forma continua». Este espacio, además, contará con un aparcabicis de 8 plazas que se construirá con una estructura de madera.
Junto a este lugar para el estacionamiento de vehículos, se va a crear una zona recreativa que hará las veces de merendero, con 12 mesas de hormigón chapadas en piedra y ancladas al suelo, de dos metros de largo por 1,5 de ancho y 80 centímetros de altura, que tendrán también bancos de la misma longitud. Este espacio contará también con una serie de bancos rústicos, una fuente y un equipamiento ambiental de señalización.
Recuperar una reliquia. Para los que prefieran acudir a La Calabaza a realizar ejercicio al aire libre y en un entorno natural, parte de esta inversión se va a destinar a restaurar el antiguo circuito Cola Cao que «tiene la finalidad de contribuir a mejorar el desarrollo de la agilidad, flexibilidad, confianza, tonifica grupos musculares y mejora la fuerza física», recalca el documento base de este proyecto, que incide en que «los elementos anteriores que todavía conserven sus propiedades se mantendrán con el correspondiente mantenimiento consistente en lijado y tratamiento contra la intemperie, aunque la mayoría de los elementos de este circuito se procederán a eliminar» para sustituirlos por unos nuevos. En total habrá 13 juegos para ejercitar distintos grupos musculares y mejorar la condición física global de los usuarios, pensados principalmente para adultos.
El proyecto se completa con una recuperación de la cartelería deteriorada y la instalación de una nueva con carácter informativo e interpretativo, además de la mejora y señalización de dos senderos, con una extensión de 7.043 y 12.441 metros respectivamente, que son practicables tanto a pie como en bicicleta. De hecho, en el camino principal, que es el conecta el aparcamiento y futura área recreativa con la zona acondicionada como helipuerto, se someterá a unas actuaciones de mejora a través del bacheado del mismo, mientras que en el otro se procederá en un kilómetro al aporte de material para su puesta a punto.