Julián Calero se ha impuesto la ley del silencio a sí mismo. El contencioso que mantiene el Burgos CF con el anterior técnico, José María Salmerón, impide a Calero sentarse en el banquillo y el entrenador ha decidido no hacer declaraciones hasta que esta situación se resuelva. Al término del partido de ayer, un empleado del club informó que Calero no iba a hacer declaraciones y que esta decisión la había tomado el club. Sin embargo, fuentes del Burgos CF han asegurado que fue el propio entrenador el que decidió autoimponerse el silencio y no comparecer ante los medios.

Este es un capítulo más de una situación que comienza a ser preocupante, ya que después de cuatro jornadas de Liga, Calero aún no ha podido sentarse en el banqullo. Desde el Burgos CF aseguran que están tramitando un aval para depositarlo en la Federación Española de Fútbol y de esta manera desbloquear la situación. Sin embargo esta gestión tarda unos días y nadie puede asegurar que esté solucionada para el partido ante el Marino del próximo sábado.

Por otro lado, Calero estaría recibiendo presiones por parte del Comité Nacional de Entrenadores, que no entendería que Calero siguiese asumiendo esta situación después de cuatro jornadas.

El contencioso entre el Burgos CF y Salmerón está en el juzgado y será el juez quien dictamine si el despido fue procedente, como asegura el Burgos CF, quien insiste que el entrenador almerinse ya tenía un acuerdo pactado con el UCAM Murcia, su actual equipo. Por su parte, Salmerón reclama las cantidades económicas que le correspondían por el año de contrato que le quedaba con el Burgos CF.