El CTME apuesta por innovar en alta velocidad para crecer

R.C.G.
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La instalación está inmersa en un programa de recubrimiento plástico mediante proyección térmica, con el que pretende cubrir una necesidad a medio plazo de las empresas de la zona y otros lugares

El CTME apuesta por innovar en alta velocidad para crecer

La innovación es un concepto clave en el desarrollo industrial. Para mejorar la competitividad de las empresas del entorno nació el Centro Tecnológico (CTME), una fundación apoyada por cuarenta entidades pero gestionada de forma independiente y que en sus casi tres décadas de existencia ha logrado colocarse a la vanguardia en algunos procesos. Recientemente la multinacional Airbus lo situaba entre los quince mejores laboratorios del mundo por su eficiencia, un reconocimiento que avala el trabajo que se realiza en las instalaciones de Bayas.

El centro es un referente en el sector aeronáutico y automotriz pero ahora quiere dar un paso más y ya prepara su desembarco en el sector de la alta velocidad a través de un proyecto de recubrimientos plásticos que sigue el camino iniciado hace un año, cuando se invirtieron casi dos millones de euros en implementar tecnología de proyección térmica. Aprovechando la experiencia adquirida en este tiempo, así como el equipamiento que se compró gracias a una subvención de la Junta y al dinero propio, se pretende avanzar hacia una segunda fase enfocada ya directamente a transferir el conocimiento a las empresas.

"Todo lo que hacemos es con una visión de mercado y hemos detectado una necesidad a medio plazo", admite el director del CTME Juan José García. Es el resultado de un análisis en profundidad que se hizo para detectar a qué tipo de compañías les puede interesar la proyección térmica en lugar de procesos de cromados por otras tecnologías.

El objetivo del nuevo proyecto es prestar servicio a firmas locales pero sobre todo a otras radicadas en diferentes puntos y que pueden generar más volumen de negocio. De hecho entre los clientes del CTME, el grupo Aciturri tiene un papel preponderante pero el resto de la cartera de I+D+i son mayoritariamente firmas regionales o nacionales ya que por su tamaño, las empresas mirandesas demandan sobre todo trabajos de calibración.

Además de apostar por introducirse en el mundo de la alta velocidad, el Centro Tecnológico no pierde de vista las ayudas europeas porque de las mismas depende en gran medida el crecimiento de la fundación. "Son las que garantizan poder adquirir ciertos conocimientos que luego aplicamos en las empresas", reconoce García.

Por eso se ha concurrido con varios proyectos a la última convocatoria. Actualmente en la instalación trabajan 41 personas aunque a corto plazo se precisarán más empleados para las áreas de robótica, programación y laboratorio.

La inversión necesaria para poner en marcha el proyecto de cubrimiento con proyección térmica llegó a través del Plan de Reindustrialización mediante el que la Junta aportó 1,2 millones de euros destinados a la compra de material y contratación de profesionales vinculados a esta investigación. Con fondos propios la fundación completó el presupuesto hasta alcanzar casi los dos millones ya que fue necesario comprar un espectiómetro de emisión óptica y un microscopio electrónico. Ahora todo ese equipamiento permitirá avanzar en la innovación con el objetivo de ampliar mercado