Rentas multimillonarias a cuentagotas en Burgos

G. ARCE
-

Expertos fiscales coinciden en que Hacienda apenas aumentará recaudación con las nuevas subidas de impuestos sobre los ricos, pues asalariados de 300.000 euros y patrimonios de más de 10 millones de euros son la excepción

Rentas multimillonarias a cuentagotas en Burgos

¿Hay burgaleses que declaran unas rentas de trabajo por encima de los 300.000 euros al año o un patrimonio de más de 10 millones de euros? «Muy pocos, se podrían contar con los dedos de la mano». «Son una excepción». «Algunos casos aislados». Las respuestas las dan expertos en gestión de grandes patrimonios, asesores empresariales, fiscales y bursátiles, cuyo trabajo consiste en gestionar las rentas más altas que se mueven por la provincia, muy alejadas en su mayoría de los niveles a los que apuntan la última reforma de impuestos planteada por el Gobierno.

Los expertos tributarios calculan que apenas un 0,2% de los contribuyentes españoles se verán afectados por los cambios en los impuestos de la Renta de las Personas Físicas (IRPF)y en el de Patrimonio. Hablan de 35.000 contribuyentes entre un universo de casi 13,4 millones, la gran mayoría localizados en los principales centros de poder económico nacional, con Madrid y Barcelona a la cabeza.

Las rentas de trabajo más voluminosas se centran en la alta dirección de las empresas de mayor tamaño de Burgos pero es muy difícil que muchas alcancen o menos superen los 300.000 euros al año de nómina de sus directivos. A ellas se puede sumar algún profesional liberal puntual, un médico especialista, un odontólogo, un abogado, etc. 

En Burgos, explica Ignacio Gallego, agente de Grandes Patrimonios de Bankinter y con 25 años de experiencia en este ámbito, puede ser habitual una horquilla entre los 90.000 y 140.000 euros al año de rendimientos de trabajo en el nivel alto, pero a partir de los 200.000 la criba es muy alta porque pocas empresas pagan estos salarios en Burgos y en cargos de alta dirección.

Lo mismo ocurre con patrimonios, que pueden ser más numerosos entre los 2 y los 5 millones de euros pero por encima de los 10 son contados los casos, «no más de una veintena de propietarios». «Hay que tener en cuenta que muchas de estas propiedades están en empresas familiares, bonificadas hasta el 99% en el impuesto, por lo que habrá muy pocas personas físicas a las que afecte la subida de un 1% en el impuesto de Patrimonio».

El propietario de más de 10 millones en patrimonio, explica Gallego, ya se cuida de contratar a los expertos fiscales o bancos de inversión especializados para que diseñen una estructura patrimonial «fiscalmente eficiente para pagar los menos impuestos posibles». 

Lo mismo ocurre con aquellos  que declaran unas rentas de capital por encima de los 200.000 euros al año, penalizados con 3 puntos más en el IRPF, inversores con grandes carteras de fondos que no son habituales en plazas pequeñas como la burgalesa y menos con la Bolsa española con una caída por encima del 30% este año.

Más que el poder recaudatorio de las medidas anunciadas por el Gobierno, el experto en Grandes Patrimonios alerta de su poder disuasorio y el peligro de huida de los grandes patrimonios de España. «Lo importante es crear riqueza y que esta se distribuya mejor, no luchar contra la generación de riqueza. A veces, aumentar la presión fiscal en los que más generan solo contribuye a crear más economía sumergida, la gente prefiere no declarar».

Empresarios. En el despacho de asesores de empresa Velázquez&Tomé insisten en que en Burgos «muy pocos» juegan en la liga de las grandes rentas. «Es muy  difícil ver rentas de trabajo en IRPFpor encima de los 200.000 euros, de los que hay 52.000 contribuyentes en toda España». No obstante, sí hay estas rentas vehiculadas a través de sociedades mercantiles.  «Hay que tener en cuenta que a partir de cierto volumen de facturación adquieres una responsabilidad, lo normal es contar con socios y lo que se gana se reinvierte en la sociedad, no se gasta», explica el economista Adolfo Tomé.

Si Burgos se considera una provincia próspera es por una amplia población de pequeños empresarios cuyo éxito radica «no en que ganan mucho o poco dinero sino en que saben cuidar su empresa y como mucho tener el lujo de un buen coche. No tienen ni tiempo para gastarse 300.000 euros [de los que Hacienda ya se lleva 150.000]». «Burgos es una ciudad industrial con empresas con márgenes pequeños y en las que el empresario trabajo mucho».

«A mis clientes les va a afectar más la subida del IVA en las bebidas azucaradas o la del diésel si se aprueba, que encarecerá todo el transporte que mueve nuestra economía, generará inflación y no más consumo», reflexiona el responsable de Velázquez&Tomé, que califica los nuevos impuestos como «puro marketing : cada partido político tiene su público y le tienen que dar lo que piden: los 15.000 ricos».

No obstante, añade, la subida de impuestos en momentos de crisis no provocaran una huida de capital  masiva «pero es seguro que no atrae economía».

Asesores. El asesor bursátil y profesor de finanzas de la UBU, Javier Sastre, pone el acento en los cambios en el Impuesto de Patrimonio, que, lejos de bonificarse en su totalidad, se penaliza más en los niveles más altos en los nuevos Presupuestos Generales. Es más, recuerda, detrás de este impuesto gestionado por las comunidades autónomas está la huida de muchas rentas a Madrid donde, a diferencia de Castilla y León, está totalmente bonificado.

«En un momento en el que la inflación es casi nula, que tengas que pagar un 2-3% de impuestos por tu patrimonio es algo complejo de sobrellevar». Y en Burgos hay un número destacado de familias a las que sí afecta esta fiscalidad, «que es más complicada de saldar que el IRPF».

«Tenemos que ser conscientes de que los impuestos hay que subirlos en los momentos de bonanza económica, no en tiempos de crisis. Ahora no es el momento de subirlos».