Los vecinos del barrio de Cortes están muy hartos de los problemas que prácticamente a diario se producen en el único bar de este extrarradio. «Cualquier día habrá una desgracia», comentaba ayer una persona que fue testigo de un intento de agresión en el Mesón La Plaza. La realidad es que si no llega a ser por la ayuda de dos clientas que estaban en el negocio, el episodio de ayer pudo haber tenido un trágico final. La Policía Nacional detuvo a un hombre de 41 años, al parecer expareja de la propietaria del establecimiento, tras aparecer con un cuchillo y amenazar a la mujer. Los lugareños insisten en que este tipo de sucesos son recurrentes de un tiempo a esta parte.
Todo ocurrió pasadas las nueve de la mañana en un domicilio que se conecta con el bar en la calle de Abajo. El presunto agresor llegó en una camioneta en estado de embriaguez y la aparcó en mitad de la calzada, impidiendo el paso a los demás vehículos. Una vez en el interior del establecimiento, comenzó a dar voces y a amenazar a la propietaria. Allí se encontraban un par de clientas que trataron de interponerse para que no llegara a agredirla. Algunos testigos aseguran que consiguió golpearla, aunque no le causó ninguna herida.
La situación se fue haciendo cada vez más tensa y el sujeto agarró un cuchillo de grandes dimensiones mientras seguía amenazándola. Las dos consumidoras protegieron a la víctima con una sillas. De hecho, llegaron a tirarle una para evitar que la apuñalara y, finalmente, lograron que soltara el arma blanca. A los pocos minutos, alertada por los vecinos, llegó la Policía Nacional.
Los agentes lograron reducir al hombre, que en todo momento se mostró hostil, e introducirle en el coche policial para trasladarle a la Comisaría Provincial. Asimismo, solicitaron a la sala de emergencias 112 una ambulancia para que atendiera a la mujer, que se encontraba en estado de ansiedad.
Los vecinos de Cortes están hartos de que cada poco tiempo se produzcan situaciones de este tipo en este local. «Siempre tienen jaleos entre ellos y también amenazan a los clientes. Hemos denunciado muchas veces lo que ocurre ahí dentro a la Policía pero no han hecho nada», protestaba ayer un hombre que reside a pocos metros del Mesón La Plaza.
Durante una vigilancia por esta zona periférica del sur de la ciudad el pasado 28 de agosto, la Policía Local detectó que, a pesar de haber superado con creces el horario de cierre establecido por la Junta para evitar contagios, este negocio permanecía abierto y en su interior había una decena de personas. Todas ellas fueron denunciadas por incumplir la obligación de llevar mascarilla y otras nueve por fumar dentro del establecimiento. Además, uno de los propietarios del local fue sancionado por permitirlo y por incumplir el horario de cierre.
Las denuncias no terminaron con los problemas de este bar, porque, según insisten los vecinos, al día siguiente permaneció abierto «hasta bien entrada la madrugada y en el interior había gente fumando».