A menos de un kilómetro del casco urbano de Sasamón, en la carretera que conduce a Sotresgudo, está ‘enclavado’ el único vestigio que queda de la iglesia del despoblado de San Miguel de Mazarreros, ya desaparecido. Se trata de la gran portada románica del siglo XII del templo en la que destaca la nobleza de su fábrica y algunos capiteles -los fustes han desaparecido- que todavía conserva una iconografía, aunque ya casi borrada. No es frecuente encontrar este tipo de obras medievales en pleno campo, pero así es en este caso, ya que se localiza en las proximidades del río Brullés y constituye los restos en pie del acceso a la antigua iglesia románica. Esa exposición de siglos a las inclemencias meteorológicas  ha sido determinante en el deterioro de los elementos de la portada.Construido en piedra de sillería, la portada del arco de San Miguel, conserva todas sus partes, pedestales de la jamba, columnas de la jamba, arquivoltas y parte del muro, aunque haya perdido algunos elementos.Para frenar su progresivo deterioro, el Ayuntamiento de Sasamón ha encargado una memoria  para definir y valorar las obras necesarias para llevar a cabo tareas de rehabilitación y conservación del arco y evitar males irreversibles en el conjunto monumental  y de los materiales que lo conforman, conservando el valor artístico y cultural del mismo. Como explica el alcalde la localidad, Amando Calzada, se trata de intervenir, pero sin alterar sus características fundamentales.La memoria ha sido realizada por Canal a4 Urbanismo y Arquitectura S.L.P., y la Corporación presentará el proyecto a distintas entidades para recabar ayudas. Además, ha sido aprobaba la pasada semana por la junta de Gobierno municipal, por lo que ahora queda expuesta durante 15 días para el pertinente periodo de alegaciones o reclamaciones por parte de los interesados.  El proyecto propuesto busca solucionar los problemas en origen, minimizando la intervención sobre los materiales del monumento y siempre utilizando materiales y productos compatibles con las estructuras originales.Su exposición a la intemperie ha provocado el deterioro del monumento. Así, las principales patologías que sufre esta ‘joya’ medieval, son la pérdida de rejuntados en la cantería, el desprendimiento de elementos de piedra debido al contacto con la humedad, el crecimiento de vegetación en las zonas superiores (extradós del arco en la parte alta y costados laterales), suciedad y acumulación de costra en distintas zonas de la portada por la exposición continuada a los agentes atmosféricos y la falta de mantenimiento.propuesta de intervención. Ahora, la intervención que se prevé acometer se centra en la conservación de la piedra, dada la pérdida del rejuntado de la cantería, y la eliminación de agentes como la acumulación de vegetación y la costra biogénica que aceleran el proceso de degradación y afectan al conjunto estético del monumento. Además, la adecuación se completará con el saneamiento de la base del arco y el taponado de la galería existente en el terreno, muy afectadas por las humedades, la mejora del entorno del conjunto monumental y un ‘leve’ acondicionamiento que requerirá la reposición de algunas piedras que se han ido desprendiendo. En cuanto a la adecuación del entorno, en la memoria se apunta a la colocación de un cercado ligero para marcar la zona de visita del arco, formado por hitos cortapasos dotados de anillas de sujeción y tirantes de acero para evitar el paso continuo a través del arco. Igualmente, se propone una iluminación mediante una instalación fotovoltaica formada por proyectores empotrados en el suelo y un captador solar para darles servicio. Se trata de la portada de la iglesia del siglo XII, ya desaparecida.