Café y peso compartidos

P.C.P.
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El arzobispo de Burgos se muestra abierto a cesiones de uso a largo plazo para mantener iglesias como la de Fuenteodra y pide más beneficios fiscales para el mecenazgo empresarial en la Ley de Patrimonio estatal

Mario Iceta prueba el café y los dulces con la pancarta que clama contra el abandono de la iglesia de Fuenteodra de fondo. - Foto: Valdivielso

A monseñor Iceta le agasajaron ayer en Fuenteodra como si fueran a pedirle algo, pero solo buscaban su complicidad. Más que de ‘pedid y se os dará’, en este pueblo son de ‘buscad y hallaréis’. Y consiguieron lo que pretendían, empatía con su causa antes de que probara un café con unos dulces, auténtico bocatto di cardinale que a la sombra de las Loras se llaman pelotas de fraile. Irreverente delicia.

La escena, con la pancarta contra el abandono de la iglesia de fondo, recordaba algo a Bienvenido, Mister Marshall, solo que el arzobispo no pasó de largo sino que se mojó con la causa de la A.C. Manapites y de «asociaciones como esta que pretenden recuperar el patrimonio» ingente de la diócesis y aliviar el peso de su costoso mantenimiento. Así, mostró su disposición a firmar cesiones a muy largo plazo para que los templos puedan acoger actividades culturales y eventos que contribuyan a reforzar la identidad del pueblo, al tiempo que se mantienen en pie como «legado para las nuevas generaciones» de descendientes del mundo rural.

«Podría dejarle hablar a él por mí en cualquier charla», afirma Javier Maisterra, presidente de la A.C. Manapites, en referencia al arzobispo, «porque ha hecho un diagnóstico del momento presente y de la solución de futuro muy precisa», que va más allá de los convenios clásicos, como el de las goteras que firmará mañana el arzobispo con la Diputación. «Hay que ser más audaces», pidió Mario Iceta, en referencia a la necesidad de contar con una ley estatal de Patrimonio que incluya financiación e incentivos fiscales para empresas que ahora buscan otras vías de responsabilidad social, dadas las escasas bonificaciones del mecenazgo.

El arzobispo escuchó las explicaciones sobre la primera obra que se realiza en la iglesia de Fuenteodra, gracias a la campaña de micromecenazgo con Hispania Nostra, y que ya han permitido desmontar la cubierta del emblemático campanario a la empresa cántabra Artesanías del Asón, que también reparará los campanillos del siglo XVIII. Iceta lamentó las dificultades que encuentra para mantener los templos abiertos, por la falta de personal propio y la delincuencia. Puso como ejemplo, de su etapa como obispo de Bilbao, el robo de las campanas de una iglesia de Carranza. «¡Las restauré yo!», exclamó uno de los técnicos ayer presentes. Ahora les toca a las de Fuenteodra.