La segunda oleada de la pandemia ha golpeado con gran dureza a la provincia de Burgos y se puede observar de forma muy clara si atendemos a la mortalidad que se ha producido en el último mes. Solo en noviembre se han certificado en los hospitales hasta un tercio de las muertes por covid del total que ha habido desde marzo. A pesar de que la mayoría de indicadores de riesgo actualmente está bajando poco a poco cada día, aún tardará en notarse mejoría en cuanto a fallecidos se refiere puesto que se trata del último eslabón de esa cadena pandémica.
De esta forma, los hospitales de la provincia han registrado ya en el penúltimo mes del año 154 defunciones. Desde que arrancó la pandemia en total suman 462, de ellas 328 en el HUBU, 63 en el Santiago Apóstol y 71 en el Santos Reyes. El máximo diario de fallecidos en noviembre se sitúa en diez (los días 16 y 20). Ayer se volvió a comunicar esa misma cifra de muertes, aunque siete de ellas se produjeron en hospitales (cinco en el HUBU y dos en el Santiago Apóstol) y otras tres en las residencias de ancianos.
A diferencia de lo que ocurría en la primera oleada, la mayoría de los usuarios de las residencias que pierden la vida por la infección ahora lo acaban haciendo en los hospitales. Hay que mencionar también que en residencias de ancianos han fallecido 278 personas (con covid confirmado) desde el mes de marzo, y otras 109 lo hicieron con síntomas compatibles.
La situación de la UCI del HUBU, única para toda la provincia, sigue siendo complicada con una gran cantidad de pacientes graves por la covid-19. Concretamente, ayer había 36 pacientes críticos (uno más que el día anterior), y aún queda lejos pasar al nivel de riesgo 3 (para lo que se harían falta unas 20 altas) teniendo en cuenta que sus pacientes son críticos y suelen necesitar una estancia larga. Mientras, en planta permanecen entre los tres hospitales 209 ingresados y apenas se han producido variaciones significativas con respecto a la última jornada (...).
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