La insistencia para que la gente acudiese al cementerio en los días previos al fin de semana de Todos los Santos se ha visto reflejada directamente en las pocas visitas que este sábado recibía el camposanto. El objetivo era evitar las aglomeraciones habituales por estas fechas con el fin de que no se convirtiese en un foco de contagios y claramente se ha conseguido. La gran cantidad de flores ya colocadas demostraban que muchos habían optado por adelantarse y no esperar a los días señalados.

Las medidas de seguridad eran extraordinarias desde la entrada, donde se debía indicar la hora reservada e identificarse para poder pasar. Sin embargo, a pesar de la limitación de aforo no había problemas en ese sentido ya que el número de visitas resultaba bastante inferior a lo esperado. Una imagen, sin lugar a dudas, marcada por el coronavirus y que nada tiene que ver con la de años anteriores.

(Más información, en la edición impresa de mañana de Diario de Burgos)