Fue, probablemente, la gota que colmó el vaso. El punto de inflexión para que la Policía Local sitiase el Centro Histórico Alto para evitar botellones y actos vandálicos que generasen molestias a los vecinos. Uno de ellos, R.B.M., salió a la calle para pedir a un grupo de chavales que se encontraba a los pies del Castillo bebiendo que bajaran la música. Dos de ellos se le encararon y, sin mediar palabra, le propinaron una brutal paliza que le dejó numerosas secuelas. Uno de los dos agresores se encuentra en paradero desconocido. El otro, A.E.H.H., se sentará en el banquillo el próximo 19 de octubre acusado de un delito grave de lesiones. La Fiscalía le pide ocho años de prisión y la Acusación Particular diez, así como indemnizaciones que rozan los 90.000 euros.
Los hechos tuvieron lugar el 1 de septiembre de 2017 sobre las 23.15 horas, según el relato de las acusaciones. A.E.H.H., con antecedentes penales, se encontraba junto a J.S.C., declarado en rebeldía, y en compañía de otras 15 personas en el entorno del Centro de Arte de Caja de Burgos, a los pies del Castillo, escuchando música a través de un altavoz de alta potencia. Antes de la víctima, varios vecinos ya les habían recriminado que el sonido era demasiado alto sin que éstos hicieran mucho caso. Acto seguido, bajó el denunciante para llamarles la atención. La respuesta, una brutal paliza.
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