Preparados para el cambio

M.R.Y. (SPC)
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Biden promete un giro radical a la mayoría de las políticas llevadas a cabo por Trump para tratar de acabar con la división de una sociedad que quiere el fin de la violencia racial y, sobre todo, una gestión adecuada para frenar la pandemia

El veterano político pretende revertir el 'América primero' de su predecesor para volver al aperturismo de Obama, del que fue vicepresidente - Foto: KEVIN LAMARQUE

Un giro de casi 180 grados vivirá EEUU a partir del 20 de enero de 2021. La llegada del demócrata Joe Biden a la Casa Blanca será el primer paso para tratar de cambiar la mayoría de las políticas emprendidas por el presidente saliente, Donald Trump, caracterizadas por un cierre del país, bajo la premisa de América primero, para conseguir Hacer América grande de nuevo.
Sin abandonar esa idea de que el país esté al frente del orden mundial, a Biden le toca hacerlo a su manera. O, mejor dicho, lejos de las maneras de Trump. Para ello, pretende volver a tender la mano a otras naciones, convertirse otra vez en la tierra prometida de los inmigrantes y, sobre todo, plantar cara a un coronavirus que ha puesto en jaque a Estados Unidos.

 

Coronavirus

Es, sin duda, el desafío más inmediato al que tendrá que plantar cara. La expansión de la pandemia, con Estados Unidos al frente en la cifra de contagios y muertes y al borde de que llegue una segunda ola, es todo un reto. Más aún después de que su predecesor decidiese minimizar su impacto y apenas tomar medidas, con el fin de «no dañar la economía».
Desde un principio, ha levantado la voz ante la tibieza de la Casa Blanca para frenar la COVID y su primera medida como presidente electo ha sido crear un equipo de trabajo con expertos sobre el coronavirus para no perder ni un segundo cuando llegue a la Casa Blanca. 
Los pilares serán garantizar el acceso gratuito a los test, una inversión de hasta 25.000 millones de dólares para la fabricación y el reparto de vacunas y, sobre todo, proporcionar recomendaciones «claras, coherentes y basadas en pruebas» sobre cómo afrontar la enfermedad -atrás quedan consejos como inyectarse desinfectante lanzados por Trump-. 

 

Sanidad

Su objetivo es expandir Obamacare -el programa aprobado en 2010, cuando él era vicepresidente, que garantiza la cobertura sanitaria a todos los estadounidenses- y adoptar una medida incluida en la reforma que finalmente no se aplicó: agregar una opción pública. Con ella, según él mismo explicó, se permitiría a la gente «conservar sus seguros privados, si eso es lo que querían hacer, haciendo más barato conseguir un mejor plan».

 

Economía

La mayoría de los votantes consideraba a Trump más capacitado para lidiar contra una crisis económica y Biden recibe un país sumido una recesión inédita, con el Producto Interior Bruto muy por debajo de las previsiones -un 3,5 por ciento menos- y la pérdida de más de 22 millones de puestos de trabajo desde el principio de la pandemia. Por eso, impulsar la creación de cinco millones de empleos en su primer año es su principal baza, que pretende llevar a cabo impulsando el desarrollo de la empresa estadounidense incentivando la compra de productos fabricados en EEUU. 
Propone un paquete de estímulo fiscal que permita entregar ayudas financieras a familias y empresas, además de extender el seguro de desempleo e incrementar el salario mínimo nacional. También promete rebajar la carga tributaria a las clases más bajas.

 

Inmigración

Su propósito es «deshacer el daño» creado por la política migratoria de Trump, que, a su juicio, ha sido un «ataque incesante» a los valores estadounidenses.
Biden ha prometido que reimplementará de inmediato el DACA, el programa que permite a los soñadores -sin papeles que llegaron a EEUU siendo menores- permanecer en el país como residentes legales, porque, asegura, su intención es que la nación «vuelva a ser una tierra de oportunidades y de acogida». Por eso, también revocará la limitación de visados y pretende congelar durante 100 días todas las deportaciones, priorizando la expulsión de quienes han sido condenados por delitos o constituyan un peligro a la seguridad nacional.
Los fondos destinados para la construcción del muro con México serán utilizados para otras funciones, ya que suspenderá esa acción.

 

Medio ambiente

Es otro de sus pilares de cara al próximo mandato. El pasado día 4, mientras se comenzaba con el recuento de los votos, EEUU abandonó el Acuerdo de París, una medida adoptada por un Trump que reniega del cambio climático y minimiza su efecto. Así, una de las primeras medidas de Biden será que el país vuelva a formar parte de ese pacto.
Su programa verde propone un plan de inversiones limpias de dos billones de dólares para  ayudar a que Estados Unidos logre las emisiones netas cero en 2050, además de su intención de reindustrializar muchos sectores para avanzar hacia una energía limpia a través de un plan con el que pretende crear 10 millones de empleos a largo plazo.

 

Defensa

En octubre, Trump anunció que las tropas de EEUU se retirarán de Afganistán en Navidad y que el número de efectivos en Irak se reducirá hasta los 2.000 antes de 2021.
Previsiblemente, Biden no podría hacer nada en caso de que esa medida siga adelante, puesto que no tomará posesión hasta enero. Eso sí, su intención es mantener la presencia militar en misiones en el extranjero y mejorar las relaciones con la OTAN, puestas en entredicho por el magnate republicano.

 

Política exterior

Buena parte del planeta esperaba con igual tensión que en Estados Unidos a un resultado electoral. Y, en su mayoría, Biden era el favorito al triunfo. La razón es clara: Trump ha roto relaciones diplomáticas con parte de la comunidad internacional, ha incrementado la guerra comercial con China y la UE, ha elevado la tensión con América Latina y se ha salido de tratados como el pacto nuclear de Irán y de organismos como la Unesco.
La victoria del demócrata hace pensar que todo volverá al punto de partida, es decir, al final del mandato de Barack Obama. Al menos, el presidente electo ha mostrado su disposición de abrir el país al exterior y volver a estrechar lazos con sus socios. El tono conciliador del demócrata apunta a que, al menos en este caso, la tarea apunta a ser más fácil que en otros puntos.