Una cocina pegada al fuego y de base carnívora

J.Á.G.
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La parrilla y restaurante Los Toneles, en la calle La Paloma, además del menú del día tiene una sugerente carta para comidas y cenas en las que se puede disfrutar del chuletón de vaca, entrecot, tablas y brochetas

Una cocina pegada al fuego y de base carnívora - Foto: Valdivielso

Bar, parrilla, tapería y restaurante. Los Toneles, en la calle Paloma, es un poco de todo, aunque priman las ascuas, avivadas por Manuel Fernández, un cocinero autodidacta que lleva treinta años en el negocio hostelero al igual que su hermano Juan Eulogio, sumiller y cortador de jamó, que gerencia el local. Ambos decidieron dejar hace unos años el local que regentaban en la calle Diego Porcelos y abrir hace dos años nuevo local si separarse mucho de la Catedral. La cocina que realizan es variada y factura casera, sin muchas complicaciones ni elaboraciones largas. Trabaja producto de la tierra y sus propuestas son básicamente cárnicas, aunque también hay pescados y algunos mariscos entre sus viandas.

Madrugadores -a las 7.30 horas está abierto- además de desayunos y una amplia propuesta de raciones, brochetas, tapas, pinchos, tortas rellenas y rebanadas hechas al momento cuenta con distintas propuestas para almuerzos y picoteo. 

De lunes a domingo tiene menú del día fijo, aunque ocasionalmente cambian algún que otro plato. Pasta, ensaladas, revueltos de setas, melón con jamón y sopa castellana conforman casi siempre los seis primeros y le siguen otras tantas propuestas de segundos, que van siempre acompañados de patatas fritas y pimientos. Filete de vaca a la parrilla, lomo de ventresca de atún, brocheta de cordero, huevo frito con morcilla de Burgos y chorizo, filete de Sajonia o merluza frita con puerros y gambas son las sugerencias. En postres se puede degustar el queso fresco de Burgos con membrillo, flan, tartas o fruta natural. Incluido el pan y el vino, comer sale por 12 euros.

Si quieren comer o cenar a la carta también hay posibilidad y el abanico de entrantes se abre a sus sartenes variadas de huevos rotos con patatas y... (morcilla, chistorra y guindillas, chorizo picante y pimientos, bacalao y gambas, picadillo o jamón ibérico), revueltos de morcilla, setas con pimientos o jamón, boletus y langostinos, tablas de embutidos y quesos o ensaladas, incluida una de pato escabechado. También se puede disfrutar de su ‘volcán’ de salmón y langostinos o de unos espárragos con jamón, raciones de calamares o sepia, croquetas artesanas de jamón, bacalao o boletus, lacón, pulpo a la gallega, tigres o ensaladilla rusa…

Como plato fuerte recomienda la especialidad de la casa y no es otra que su tabla de carnes a la parrilla para dos personas, que cuesta 16 euros, surtida también de chacinas, embutidos y patatas fritas. Igualmente tienen un chuletón de vaca de kilo - hay uno también de ración-, entrecot , secreto ibérico o solomillo de cerdo. En pescados se puede degustar el rape a la parrilla o, si gustan, gambas a la plancha. Con postre, plan y vino el tique medio se sitúa en torno a los 25 euros, aunque todo depende de la elección de platos y bodega, en la que tiene más de una veintena de referencias entre riberas y riojas tinto y rosados, blanco de Rueda o chacolí mirandés. 

Para momentos más informales no falta sus patatas bravas o al roquefort..., la hamburguesa de wagyu o el perrito caliente en pan de torta con queso y cebolla caramelizada, salsa brava y mostaza así como el bocata de calamares a la andaluza. Por cierto todo lo que hay en la carta o se anuncia en los carteles del local se prepara también para llevar. El cola no es muy espacioso, pero cuenta con un comedor tiene capacidad para 24 mesas. Adicionalmente, en tiempo bueno dispone de una terraza para 32 comensales.