La fusión de Bankia y Caixabank eliminará hasta 30 empleos

I. ELICES
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Los dos bancos que preparan la operación tienen entre los dos 77 oficinas abiertas en la provincia y 446 trabajadores

A la izquierda, la oficina central de Bankia, en avenida del Cid; a la derecha, sucursal de Caixabank en Capiscol. - Foto: Valdivielso

Los 446 trabajadores que suman Caixabank y Bankia en la provincia de Burgos atienden con sumo interés al proceso de fusión que han iniciado sus direcciones, pues son conscientes de que se avecina una reestructuración del personal de la que no se van a librar. De hecho, los representantes sindicales de ambas entidades están resignados ya a que, si se firma la integración, en Burgos se perderán entre 20 y 30 empleos, y todos coinciden en que la cifra estará más cerca de esa treintena.  

Los delegados sindicales en los comités no tienen noticias de las intenciones de ambas entidades, pero son conscientes de que el objetivo de las fusiones es «reducir costes y esto solo se consigue con recortes de plantilla y de oficinas», admite Carlos Montes, delegado en el comité de Caixabank en Burgos. En su opinión las cifras que están saliendo a nivel nacional sobre empleados que se irán a la calle «son exageradas, las 8.000 bajas de las que se habla representan la mitad de toda la plantilla de Bankia, es imposible». De ahí que sea ‘optimista’ y asegure que en la provincia de Burgos podrían entrar en el hipotético Expediente de Regulación de Empleo (ERE) entre 20 y 30 trabajadores como mucho.

Con él está de acuerdo José Luis Herráez, de UGT Bankia Castilla y León, quien considera que «el solapamiento» entre las dos entidades «es mínimo» debido al dominio de Caixabank en Burgos como consecuencia de haber absorbido Banca Cívica, que a su vez asumió la Caja de Burgos. «Si las dos entidades tuvieran la misma presencia en la provincia sin duda la pérdida de personal sería mayor», comenta la misma fuente, pues un número nada pequeño de oficinas cerraría. En Ávila o Segovia la posición de dominio es la inversa, allí fue Bankia la que se hizo con las antiguas cajas de ahorros de ambas provincias.

Esa supremacía de Caixabank en Burgos puede jugar a favor, por tanto, de las plantillas de ambas entidades, que podrían perder menos personal que en otros territorios españoles. ¿Cómo encaran los representantes sindicales este casi ineludible proceso de reestructuración? Con resignación pero también dejando claros varios principios a la hora de negociar. Para empezar, quieren que «afecte a los menos trabajadores posibles, pues lo preferible es que no se destruya empleo», señala Montes, y, después, exigirán que las salidas «solo sean a través de prejubilaciones, preferiblemente, y en segundo lugar, bajas voluntarias e incentivadas». Los despidos puros y duros encontrarán la «oposición» de los representantes de los comités de empresa.

José Luis Hérráez (comité de Bankia) es de la misma opinión. «Estamos expectantes de ver cómo se desarrollan los acontecimientos, pero nosotros vamos a negociar a partir de prejubilaciones y bajas voluntarias, de despidos no queremos oír hablar», comenta.

A pesar de que hablan de situación hipotética, los responsables sindicales tienen claro que la fusión «está muy avanzada» y que implicará una reestructuración que afecte al personal. «Que sean los menos trabajadores posibles y, a partir de ahí, que las salidas sean en buenas condiciones para quienes se vayan, esas son las premisas», insisten.

Instalaciones. En cuanto a las oficinas, Caixabank dispone en la provincia de 71 y Bankia de seis. En la capital, la última tiene tres, que además están situadas en las proximidades de otras de tantas de la otra entidad, lo que hace presagiar que unas desaparecerán. Están ‘duplicadas’ en la calle Miranda y en la calle Vitoria (a la altura de Gamonal), y en el centro ambas tienen sucursales en avenida del Cid. En Aranda de Duero y en Miranda de Ebro ocurre lo mismo, las de Bankia están cercanas a las de su ‘hasta ahora’ competidora. Un factor a la hora de elegir qué dependencias se clausuran es el régimen de propiedad, si se es titular del local o está en alquiler.

En  todo caso, las fuentes sindicales consultadas advierten de que «tanto las oficinas de Caixabank como de Bankia son necesarias, porque todas ellas atienden a una amplia clientela, que requiere de un buen servicio, lo que se consigue con instalaciones y personal». De cerrarse alguna, sus empleados «deberían pasar» a engrosar la plantilla de otras sucursales, como está ocurriendo en el proceso de integración de oficinas en ambas entidades: el espacio físico desaparece pero el personal se distribuye. Los representantes sindicales de Burgos y de Castilla y León ignoran también si ese proceso de reestructuración se llevaría a cabo tras la fusión o con carácter previo en cada uno de los dos bancos. La lógica dice que sería después, pero en esta región «no se ha llevado a cabo ningún contacto» con los comités de empresa.