Piden 1,5 millones para el Centro de Patógenos en el Militar

B.G.R.
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Acude a una convocatoria del Estado para equipamiento con el fin de poder rehabilitar los 1.500 metros de los antiguos quirófanos del complejo hospitalario y contar con sede fija para seguir creciendo

Los responsables de la dotación quieren que tenga «entidad propia» en un espacio del pabellón 2 del hospital. - Foto: Patricia

El Centro de Investigación en Patógenos Emergentes y Salud Pública tiene muy clara su línea de trabajo, el estudio del SARS-Cov-2, y sus primeros resultados ya han salido a la luz. Esta misma semana se ha conocido la solicitud de patente para un nuevo método de detección de la covid que permitirá conseguir pruebas PCR cien por cien concluyentes y que podría estar en el mercado antes de finales de año. Sin embargo y al margen de los estudios científicos, otros de los retos tanto de su director, el profesor David Rodríguez Lázaro, como de la Universidad de Burgos es conseguir financiación para que esta dotación, única en Castilla y León y de las pocas existentes en España, pueda contar con una sede fija.

Para conseguir este objetivo, la institución académica local acudió el pasado mes de julio a la convocatoria específica del Ministerio de Ciencia para la adquisición de equipamiento singular con el fin de lograr la financiación máxima que esta concede y que alcanza los 1,5 millones de euros. «Se ha enviado una propuesta para la creación de un laboratorio de alta seguridad biológica», explica Rodríguez Lázaro, avanzando en este sentido el espacio físico en el que se ha pensado para la instalación científica y que resulta necesario adecuar.

Tras las conversaciones mantenidas con el Vicerrectorado de Planificación, la localización en la que trabaja son los antiguos quirófanos del Hospital Militar. Concretamente, se trata 1.500 metros que se encuentran en desuso en el pabellón 2 del complejo hospitalario y que se sitúan justo al lado del Centro de Simulación de Alta Fidelidad (minihospital de prácticas) y del laboratorio de fisiología de la Facultad de Ciencias de la Salud. 

El microbiólogo subraya la importancia de conseguir esta financiación con el fin de poder contar con un espacio físico que aporte «entidad propia» a la dotación, ya que en ahora los investigadores comparten espacios con los de este último centro académico y los de la Facultad de Ciencias. No obstante, reconoce las dificultades existentes para lograr ayudas que permitan materializar el proyecto  y avanza que se buscarán «otras alternativas» en caso de que la propuesta no pueda salir adelante.

De hecho, esos 1,5 millones solicitados forman parte de un montante global de cuatro millones de euros al que aspira la Universidad de Burgos para convertir este centro en una dotación puntera, tomando como referencia el centro de investigación del Hospital Monte Sinaí de Nueva York que dirige el prestigioso virólogo burgalés Adolfo García Sastre, que colabora con la instalación científica local, al igual que el HUBU y la Gerencia de Atención Primaria. 

El número de profesionales del campus involucrados en este proyecto ronda el medio centenar al tratarse de una dotación «abierta» que abarca otros campos de conocimiento, más allá del científico y sanitario, que están relacionados con el coronavirus, como es el caso de la Facultad de Derecho y el estudio de las consecuencias de la pandemia en el ámbito jurídico. En cualquier caso y para que la adhesión del personal pueda realizarse de una manera «ordenada», Rodríguez Lázaro avanza que en septiembre se publicará una convocatoria para «recabar el interés formal» que existe al respecto. Junto a esta iniciativa, se desarrollará también una página web.

La dotación científica se creó oficialmente el pasado mes de junio, cuando fue aprobada por el Consejo de Gobierno de la institución académica. Desde entonces y al margen del trabajo de investigación, se ha concurrido a varias líneas de ayudas para obtener financiación con la que dar un impulso a la iniciativa, ya sean en el ámbito de la comunidad autónoma, del Estado o de los fondos europeos a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la UE. Las resoluciones de las distintas convocatorias aún están pendientes de conocer y de su resultado dependerá el ritmo con el que pueda avanzar la instalación. 

Su objetivo principal es estudiar los microorganismos de reciente aparición que generan enfermedades, como es el caso de la covid, con la idea de progresar tanto en su prevención como en su diagnóstico, la respuesta inmune o el impacto psicológico de la pandemia.