La bisagra ya chirría menos

H.J.
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Ciudadanos Burgos aplaude el gesto de Arrimadas de apoyar al PSOE en el estado de alarma y Vicente Marañón ve reforzado su papel como factor de estabilidad en el Ayuntamiento

Rodríguez (i) y Marañón, en la campaña de 2019. - Foto: Luis López Araico

El llamado sector crítico dirá que a buenas horas, mangas verdes. Que esto haberlo pensado antes. Que ya podían haber llegado a acuerdos en Madrid con el PSOE cuando tenían 57 diputados, eran la verdadera llave de La Moncloa y así no existiría la actual dependencia de Podemos y de los nacionalistas. Que ellos, en definitiva, ya lo dijeron antes.

Pero no ha sido hasta esta semana cuando por primera vez en mucho tiempo Ciudadanos ha tenido un movimiento de acercamiento al Gobierno de Pedro Sánchez al dar su apoyo a un Estado de Alarma frente a la abstención del PP y el voto en contra del Vox. El gesto ha gustado en Burgos.

Los dirigentes naranjas de la provincia llevan meses escuchando críticas llegadas a izquierda y derecha por su condición de partido bisagra, que despectivamente algunos consideran más bien veleta, y el acuerdo con los socialistas en el Ayuntamiento de Burgos para la aprobación de unos nuevos presupuestos municipales incomodó a no pocos entre ellos.

Sin embargo ahora, y tras haberse decantado claramente por la candidatura de Inés Arrimadas frente a la alternativa que presentaba Francisco Igea, sus dirigentes no quieren o no pueden criticar a su líder nacional e incluso ha cundido la sensación de que el rumbo adoptado en Madrid avala a posteriori lo que sucede en el número 1 de la Plaza Mayor.

El portavoz municipal de Ciudadanos, Vicente Marañón, presenta la decisión de Arrimadas como «una postura responsable» aunque advierte que su partido «no apoya al Gobierno de Pedro Sánchez, sus políticas ni sus socios» y añade que la decisión podría haber sido la misma si estuviera cualquier otra formación en el Ejecutivo «porque con más de 200 muertos al día tenemos que protegernos».

Aplicando el criterio a nivel municipal, Marañón defiende que «si alguien vela por el interés general y la estabilidad institucional somos nosotros. No nos apoyó quien nos tenía que apoyar en su momento y no solo no hemos dificultado el gobierno del alcalde, sino que pese a ser los más perjudicados por lo que pasó hemos sido siempre los primeros en defender el interés de los burgaleses». Hay que recordar que es él era quien debía haber sido alcalde en función de los pactos estatales acordados con PP y Vox en junio de 2019, pero no lo consiguió por la rectificación a última hora de los concejales del partido de Santiago Abascal.

En la Diputación el panorama es más estable desde un principio, con Ciudadanos cogobernando junto al PP. El vicepresidente provincial, Lorenzo Rodríguez, también aplaude el voto de su grupo en el Congreso: «Era necesario prolongar el Estado de Alarma porque todavía no hemos pasado la pandemia y hay que dejarse de egoísmos. El acuerdo es a cambio de un diálogo».

Rodríguez, que junto a Marañón ha pasado a formar parte hace solo unos días del Consejo General del partido naranja, matiza que en el Ayuntamiento «no tenemos un acuerdo de Gobierno, sino de presupuestos», y reconoce que «aunque esté costando» entenderse con un partido en una institución y con otro en la otra «queremos demostrar que es por el bien de la provincia y de la capital, trabajando con lealtad en la Diputación como es nuestro caso».

Por su parte José Ignacio Delgado, procurador en las Cortes regionales donde Ciudadanos se alió con el PP, explica cuál debe ser a su juicio el sentido del término «bisagra» para referirse a su partido. «Nosotros tenemos nuestro criterio y es el de pensar siempre en el bien y en el interés general. No nos gusta Pedro Sánchez y no estamos de acuerdo con el acuerdo que mantiene con Podemos, pero en el Estado de Alarma hay que pensar en la salud y en el bien de los ciudadanos».