El Burgos Club de Fútbol constituye un proyecto estratégico para la capital pero vive una situación delicada en el momento más inoportuno. La estabilidad económica es muy frágil y contrasta con el magnífico rendimiento deportivo del primer equipo. Precisamente para atajar las dificultades financieras, en los últimos días se están intensificando las reuniones para intentar solventar al menos los problemas más urgentes y que el club pueda afrontar con tranquilidad las próximas semanas, en las que se juega su clasificación para la Segunda División B Pro y, posteriormente, la opción de luchar por el ascenso a Segunda División.

En estas conversaciones están involucrados, además del actual propietario, Antonio Caselli, el grupo de anteriores dueños -es decir, Miguel Ángel Benavente, Nacho San Millán, Julián Alonso y Rodrigo Santidrián- y, en distinta medida, Félix Sancho, propietario del San Pablo Burgos, que en al menos dos ocasiones en las últimas semanas ha intentado hacer valer una oferta para quedarse con el Burgos Club de Fútbol.

Todos ellos han debatido las posibilidades en multitud de conversaciones, la última, casi plenaria, ayer mismo, para buscar una solución que permita al Burgos CF seguir adelante y poder completar una campaña en la que hay mucho en juego.

Un proyecto por encima de todos - Foto: Patricia González

Entre los asuntos objeto de debate están la situación del entrenador, Julián Calero, las deudas con los extécnicos Salmerón y Fernando Estévez, la salida de Juanma, el caso Kleber y los desencuentros con el Promesas. Y en qué manos seguirá la entidad del Plantío...

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)