Cicerón ya tiene quien le escriba

B.G.R.
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Micaela Prieri, del instituto Comuneros de Castilla, se clasifica para un certamen internacional dirigido a estudiantes de Latín

Prieri se enfrentará en mayo a jóvenes europeos, aunque la prueba será online y no podrá viajar a Arpino. - Foto: Luis López Araico

La modalidad de ciencias triunfa entre los alumnos que cursan Bachillerato, pero sigue habiendo estudiantes que ven en las letras puras su vocación y una opción de futuro. Es el caso de la joven Micalea Prieri Ávalos, que se ha decantado por las humanidades y entre sus asignaturas preferidas figuran el Griego y el Latín. Algo más esta última, que despertó su interés en cuarto de la ESO, porque que la siente «más cercana al contar con el mismo abecedario que el español» y que ahora le ha reportado la satisfacción de haberse clasificado para la fase internacional de un concurso organizado por la Sociedad de Estudios Clásicos.

El certamen Ciceronianum destaca por su grado de «exigencia», dado que sus contenidos tienen un nivel de dificultad superior a los de la etapa educativa a la que va dirigido, tal y como explica su profesora de Latín, Rosa Moral. Consiste en la realización de una prueba estructurada en tres partes y cuya duración se extiende durante cuatro horas: la traducción de un texto del filósofo y orador romano Marco Tulio Cicerón, dos preguntas sobre sintaxis y léxico y tres cuestiones teóricas que requieran de respuestas más extensas y donde se pide que el participante reflexione sobre el fragmento de una de sus obras para conocer su grado de madurez. La temática de esta edición ha versado sobre la amistad y la virtud en los tratados del autor.

Alumna de segundo de Bachillerato del instituto Comuneros de Castilla, fue Moral la que animó a Micalea y a su compañera Sofía Zumel, que quedó en segundo lugar, a probar suerte en el concurso sabedora de las posibilidades con las que contaban. Reconoce que, en principio, no salió muy satisfecha del examen, que se realiza el mismo día y a la misma hora en las distintas sedes de la entidad organizadora, que en el caso de Burgos corresponde a la Universidad de Valladolid, aunque se desarrolló presencialmente en la UBU.

Sin embargo, el resultado que obtuvo fue mucho mejor del esperado al conseguir 88 puntos de un total de 100 y de esta forma pasar a la prueba internacional que se celebra en mayo en Arpino (Italia), donde nació el insigne escritor. No obstante y debido a la pandemia, este año se llevará a cabo de forma telemática y en ella participarán estudiantes españoles y de toda Europa. Solo se clasificarán diez, cuyos nombres se darán a conocer en septiembre en un acto que, inicialmente, sí que tendrá carácter presencial. Su profesora confía en sus posibilidades, aunque reconoce la dificultad de la prueba y el nivel de los alumnos de otros países. No obstante, estará junto a Micaela, como lo ha estado los viernes por la tarde y fines de semana para preparar la competición de marzo.

Micaela asumió el concurso como un «reto» que responde a su pasión por las lenguas clásicas y que se ha visto enriquecido durante este curso, cuando a base de trabajo ha logrado la satisfacción de poder entender un texto y traducirlo. No solo destaca esta recompensa, sino que al retrotraerse al momento en que comenzó a estudiarlas se detiene en su importancia y valía. «He aprendido mucho de etimología, de cómo ha evolucionado el lenguaje, a conocer la base de toda nuestra cultura y literatura...», explica la joven, lamentando que sus compañeros de ciencias se hayan perdido esta oportunidad. 

Quiere estudiar la carrera de Traducción e Interpretación de inglés, aunque sin dejar de lado el estudios de sus lenguas preferidas.