Vecinos de la Flora exigen policía fija los fines de semana

I.E.
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Inquilinos del número 14 de Huerto del Rey se quejan del ruido de los jóvenes bebiendo en la calle, de los bares con las puertas abiertas y de la suciedad y malos olores que genera

Vecinos de la Flora exigen policía fija los fines de semana - Foto: Alberto Rodrigo

Las noches de los fines de semana -sobre todo las de los jueves y las de los sábados- la plaza del Huerto del Rey sufre una invasión que tiene martirizados a no pocos vecinos de este céntrico enclave. Multitud de jóvenes -ahora que llega el buen tiempo las aglomeraciones irán en aumento- se concentran en La Flora después de celebrar pequeños botellones en otros puntos del casco histórico, sobre todo en el Castillo.

Los moradores del número 14  están hartos y han enviado varios escritos al Ayuntamiento y a la Policía Local para que tomen cartas en el asunto. Así, exigen la presencia permanente de coches patrulla para impedir el consumo de alcohol en la vía pública, para controlar los ruidos que generan la muchedumbre y los bares que dejan las puertas abiertas y para evitar que ese espacio amanezca cada mañana como si fuera un estercolero, debido a la cantidad de botellas rotas que se acumulan por todos los rincones. A todo ello se suma el grave problema del hedor que impregna de forma permanente el ambiente del lugar, por culpa de los orines y vomitonas que ‘dejan’ cada madrugada los amantes más irrespetuosos de la juerga.

Los vecinos que han puesto los hechos en conocimiento del Consistorio advierten de que su problema «es diferente al del botellón».  Los grupos que beben en la calle están cada vez más diseminados y  se reúnen entre las 20 y las 24 horas de jueves y sábados en distintos puntos (el Castillo, ribera del Arlanzón, etc). Después, una gran parte de los jóvenes -procedentes de esos lugares- se agrupan en Huerto del Rey para, en teoría, continuar la fiesta en el interior de los bares, Eclipse, Carpanta, La Traviesa, Twenty o El Huerto  20. Pero cuando hace buen tiempo -cuando hace malo, en menor medida- salen al exterior de la plaza con la bebida. Con todo lo que ello conlleva: ruidos, suciedad, malos olores, etc.

Quienes han dicho basta solo piden una cosa, que el Ayuntamiento «haga cumplir las ordenanzas que aprueba», entre ellas la que prohíbe la ingesta de bebidas alcohólicas en la vía pública. «Para ello solo tiene que hacer acto de presencia  la Policía Local en la plaza; así verán que el movimiento de personas con vasos de cubata, cachis o botellas de cerveza es continuo», se lamenta Barsén García. Y, por el aspecto de quienes allí se reúnen, «muchos de los que beben alcohol son menores», advierte.

Todo el jaleo que se produce a consecuencia de estas aglomeraciones de personas impide a los vecinos dormir, descansar o trabajar en el horario de apertura de los establecimientos, «que frecuentemente se extiende más allá de lo permitido». A ese molesto rumor se suma el sonido de la música que sale de los bares que se dejan las puertas abiertas.

Al final de la noche, Huerto del Rey se parece más a un basurero, con cristales rotos en el suelo que «suponen un serio peligro físico para los vecinos y transeúntes, incluidos niños y mascotas». Se acumulan, además, kilos de basura, vómitos y orines. El Ayuntamiento, dicen, «tiene conocimiento de ello, porque en las mañanas de los viernes, sábados y domingos -sobre las 8 horas- los equipos de limpieza se presentan en La Flora para eliminar las evidencias de lo ocurrido la noche anterior». «Aunque con el hedor no pueden», explican.

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