1 de cada 3 contratos firmados en enero fue de una semana

L.M.
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De los 7.355 que se registraron durante el primer mes del año hasta 2.042 tenían una vigencia igual o inferior a los 7 días

La precariedad laboral se ceba más con los jóvenes, sin apenas experiencia en el mercado de trabajo. - Foto: Christian Castrillo

El problema de la precariedad laboral, entendida principalmente como la inestabilidad contractual y toda la serie de inseguridades que ello genera, no es un asunto nuevo. Desde hace años, máxime tras superar una profunda crisis hace una década, es uno de los retos a los que se enfrentan los ciudadanos a la hora de entrar en el mercado laboral. Es ahora, con la economía flaqueando por culpa de la pandemia de la covid-19, cuando esta cuestión se ha intensificado más si cabe. Como ejemplo basta con fijarse en los datos de contratación del pasado mes de enero. En el conjunto de la provincia de Burgos se registraron un total de 7.355 documentos, de los cuales apenas 725 fueron de carácter indefinido. El grueso principal, 6.579, fueron temporales, abundando sobre todo los que no superaban los siete días. En concreto llegaron a anotarse hasta 2.042 contratos firmados para un periodo de siete días, o lo que es lo mismo, uno de cada tres que se sellaron entre empresas y trabajadores.

«Los fijos no crecen y sí lo hacen los temporales y con ello no va a mejorar la economía», denuncia Ángel Citores, secretario provincial de CCOO. De los más de dos millares de contratos no superiores a una semana, 1.566 fueron a tiempo completo y 476 parciales.

Si abrimos más el abanico temporal de los datos facilitados por la oficina burgalesa del Servicio Público de Empleo de Castilla y León, los contratos inferiores al mes de duración alcanzaron los 3.293, es decir, casi la mitad de los 7.355 totales que se sellaron en enero. «Una provincia y una economía como la burgalesa no puede soportar tener apenas 7.000 contratos mensuales, hay que llegar a unos niveles de 15.000 para que de verdad todo funcione y eliminemos el desempleo», asegura Pablo Dionisio Fraile, secretario provincial del sindicato UGT.

Por sectores, la temporalidad abundó especialmente en los servicios, con un 49% de todos los contratos temporales firmados en enero. En concreto fueron 3.231 de los 6.579 que se registraron en el ECyL, mientras que la industria, con picos puntuales de producción y una gran demanda -canalizada en buena parte por las empresas de trabajo temporal- reunió 2.861, el 43%.El restante 8% se reparte entre la construcción, con 336, y la agricultura, que sumó 151.

Mucho, muchísimo peor es el panorama en cuanto a la contratación indefinida. Lograr un vínculo laboral sin limitaciones de tiempo en la prestación de servicios, en cuanto a la duración del propio contrato, es una garantía para los trabajadores. Sin embargo, su aparición mes tras mes se ciñe a un residual 8 o 9%. «En Burgos no tenemos una contratación de calidad, y esos pobres niveles de indefinición lo demuestran», lamenta Fraile. Durante enero fueron 725, de los cuales el 70% corresponden a jornadas a tiempo completo, 53 parciales y 11 fijos discontinuos.

Edad versus experiencia. Es muy habitual que en los anuncios o portales de búsqueda de empleo se requiera cierta experiencia para acceder a un puesto de trabajo. Ello provoca que los más jóvenes tengan casi imposible entrar en un empleo, por lo que suelen tener que conformarse con contratos más residuales. Por ejemplo, en enero los menores de 24 que lograron firmar un contrato indefinido apenas fueron 74, ninguno en la franja de los 16 a los 17.

«Los trabajadores jóvenes tienen un empleo precario o directamente no tienen. Son un grupo que está rotando mes a mes, con una duración que no suele pasar de los 7 días. Esa es la parte que no podemos soportar, lo que realmente sirve es generar empleo y traer inversiones productivas», denuncia el propio Ángel Citores, que apuesta por políticas industriales y generadoras de trabajo de cara a la llegada de los fondos europeos.

Un paso más allá, los burgaleses entre 25 y 29, se quedaron los 137 vínculos sin limitación temporal, mientras que los dos grupos de edad con más contratos indefinidos fueron los de 30 a 39, con 206, y los mayores de 45, con hasta 233. Por sectores, los servicios, con 462 de los 725 totales fueron los que más optaron por este tipo de contratación, mientras que los que menos los emplearon fueron las empresas agrícolas.

En cuanto a los contratos de formación, enero dejó 51, todos ellos superiores a los tres meses de duración y uno de dos años. Por sectores, industria, con 24, y servicios, con 23, suman la mayoría, mientras que construcción llega a 4.