Flow y rimas entre salinas

S.F.L.
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El rapero pozano Nicoh González estrena su nuevo tema 'Amaneciendo', que va acompañado de un videoclip rodado íntegramente en Poza. Con este trabajo también quiere mostrar a sus seguidores los atractivos de su localidad

Nicoh González. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Quien crea que el rap está reservado a los suburbios de las grandes ciudades norteamericanas está muy equivocado. La idiosincrasia en nuestro país queda fragmentada en dos, por un lado se encuentra el legado cultural autóctono que nos identifica como españoles y por el otro esta lo foráneo, otras culturas que nos permean y que también se equiparan con nuestras ideas. De este híbrido resultan formaciones interesantes y variopintas en los rincones más recónditos.

En Poza de la Sal se hace hip hop, autoproducido con una lealtad y amor hacia la música fuera de lo habitual. Prueba de ello es Nicoh González, un joven de 26 años que se siente totalmente ‘hermanado’ con este género musical, que evolucionó a causa de las condiciones sociales adversas en los barrios de Nueva York en la década de los 70, y que le da el chute de energía necesario para crear su propio mundo, sus obras y convertir los monstruos internos que uno lleva dentro en arte, en una canción y en una base instrumental. «La capacidad de dar forma artística al dolor, la alegría o las preocupaciones es la mejor experiencia posible que puedo sentir», declara el rapero. Lanza su nuevo tema, Amaneciendo, que puede verse y escucharse en las plataformas digitales.

El flow no es exclusivo de las urbes y con las historias surgidas en localidades pequeñas también se pueden crear raps cargados de reivindicación. Esta es la filosofía musical del pozano, que a pesar de dejar constancia de sus pericias en papel desde hace años, ha retomado, y esta vez en serio, sus composiciones y trabaja en sacar más letras que podrían quedar plasmadas en su primer disco, ¿Quién sabe? Ese es, sin duda, su objetivo.

Con su recién estrenado trabajo pretende transmitir fuerza y pureza, «también un poco la rabia que llevo dentro, pero una rabia positiva y constructiva. No cuento ningún relato en especial, solo lo que arrastro y la fuerza con la que lo expreso», explica. Las nuevas tecnologías transmiten energía a la crisálida y esta forma de manifestación artística ha eclosionado sus mariposas en el canal de Youtube, en las redes sociales y en la red.

Así, su segundo videoclip, rodado íntegramente en los escenarios más espectaculares de la villa salinera, puede verse en las plataformas digitales. «Elegí Poza porque es el pueblo que me ha visto crecer, dónde me han sucedido cantidad de cosas y porque mi abuelo, el Mexicano, es natural de aquí. Mis trabajos son un homenaje para él. También es una forma de mostrar a mis seguidores la belleza de mi villa y de atraer a la gente a conocerla», afirma.

Las rimas de sus creaciones son sociales, descarnadas, vivenciales, corrosivas, gamberras y provocadoras, pero también íntimas y reflexivas. «El espectro de las temáticas es tan amplío como mi interés por perfeccionar mis trabajos, por encontrar un estilo propio y envolverlo con los mejores recursos musicales y videográficos», explica el artista. Para este joven la música juega un papel muy importante en su día a día convirtiéndose en «casi todo». Considera que se asemeja a una máquina del tiempo al tener la capacidad de «transportarte a momentos, avivar sentimientos que creías perdidos e inventar emociones nuevas. La música aviva las llamas del espíritu, nos lleva a estados diferentes y sobrehumanos». En su villa natal y en un estudio de Gamonal La Cripta, que comparte con otros artistas, pasa la mayor parte de su tiempo rapeando y sacando melodías. «Con los colegas de siempre, los de verdad», aclara.  

Nicoh sueña con poder continuar haciendo lo que más le gusta y combinar su trabajo con el rap, poder vivir de sus sueños y bucear en un mar de experiencias para hacer brotar aún más su inspiración. «Con componer la música que quiero y disfrutar con ella me siento más que conforme. Me llena por dentro, me alimenta el alma y me hace sentir bien como persona», sentencia.