Juegos de superposiciones, volúmenes, un ligero toque oriental y el bicolor marcan el desfile que abre la pasarela tras el concurso de jóvenes diseñadores, cuyo desenlace se conocerá más tarde.
Natalia Arranz apuesta por el blanco y el negro en una colección que añade el mono y el pantalón. Y añade elementos angelicales como sus ya clásicas alas en la espalda, pero también eligiendo el tono blanco al que poco a poco le va ganando terreno el negro.