«Tengo una sensación de orgullo y ahora me toca descansar»

ROBERTO MENA
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ENTREVISTA | José Rojo 'Pacheta' (1968) ha sido capaz de llevar al Elche de Segunda B a Primera en 2 años y medio, pero los dirigentes del club ilicitano decidieron prescindir de él. Se recupera en Salas junto a los suyos de una temporada estresante

Pacheta posa en la Era de Costana, de Salas de los Infantes, donde jugaba al fútbol de pequeño. - Foto: F2 Estudio Rebeca Ruiz

José Rojo ‘Pacheta’ disfruta de unos días «de paz» en Salas de los Infantes, su localidad natal. Su ascenso a Primera con el Elche, al que cogió en febrero de 2018 en Segunda B, y posterior salida dos días después de colocar al equipo en la máxima categoría le convirtió en uno de los focos informativos. Aunque en el discurso del burgalés no hay enfado, ni frustración, sino orgullo. No existen reproches hacia Christian Bragarnik, máximo mandatario del club ilicitano, del que asegura que siempre fue honesto con él. «Sabía que saldría del Elche pasara lo que pasara en los play off». Ahora lo que quiere es descansar junto a los suyos, desconectar del fútbol y disfrutar de su gente y de su pueblo, algo que no ha podido hacer en los últimos 5 años. No esconde que le gustaría entrenar al Burgos CF. «Es el equipo de mi tierra», responde. Aunque su deseo con el club blanquinegro va más allá. «Lo que quiero es que le ocurra lo mismo que al Elche y que en tres años pase de Segunda B a Primera», señala.

¿Cuáles son sus sentimientos después de lo ocurrido en Elche?
La sensación que tengo es de orgullo. Estoy orgulloso y me he venido para casa porque estaba agotado después de una temporada tan dura. Puedo mirar a los ojos a mis jugadores y decir que lo hemos conseguido. La sensación que tengo es de haber logrado algo importante y ahora me toca descansar.

¿Cómo se encaja ascender a un equipo a Primera División y quedarse fuera del proyecto?
He hecho el trabajo que tenía que hacer y el premio ha sido excepcional. No soy quién para criticar las decisiones de una propiedad. Ellos toman decisiones y yo debo admitirlas. Conmigo Christian Bragarnik siempre ha sido honesto. Siempre. Es una decisión de ellos y no soy quién para criticarla o valorarla. Soy el afectado, pero debo admitirla como tal.

¿Se lo esperaba?
A mí ya me lo había dicho Christian (Bragarnik), por eso digo que siempre ha sido honesto conmigo. Yo ya lo sabía y no había ningún condicionante sucediera lo que sucediera en el play off.

Y aún conocida la decisión, ¿la entiende?
Insisto en que no soy quién para valorar esa decisión. He hecho el trabajo que tenía que hacer y creo que con un resultado maravilloso. Cogimos el equipo en Segunda B, se han traspasado jugadores, hemos ascendido a Primera… Por eso tengo esa sensación de orgullo. Cuando llego a Elche uno de mis objetivos era que los jugadores fueran mejores cuando me tocara irme y creo que lo hemos conseguido. Hemos dejado al club en mejor situación que cuando llegamos. Esa sensación de orgullo está basada en datos objetivos, no es una valoración personal.

Lo que ha quedado claro es que el trabajo que habéis realizado ha sido sobresaliente.
Claro que sí, sin ninguna duda. Y los únicos responsables son los jugadores porque han creído en una idea, en un proyecto… Fue difícil salir del confinamiento después de dos meses y entrenar en solitario, luego trabajar en grupo a medias, pero sin jugar partidos y de ahí competir domingo-miércoles durante 6 semanas. Eso es una locura. A partir de ahí tuvimos otras 3 semanas en las que no sabíamos si íbamos a competir o no. Nadie se hace a la idea de lo que es entrenar tantos días con un equipo sin saber si va a competir. Nos tuvimos que sobreponer a todo eso y cuando supimos que íbamos a jugar nos tuvimos que concentrar para evitar riesgos de contagios. Ha sido estresante y muy complejo.

¿El ascenso a Primera era un objetivo real?
Estábamos convencidos de que si jugábamos el play off íbamos a ser un equipo jodido, porque competimos muy bien. El problema era entrar en play off, pero en las eliminatorias sabíamos que lo íbamos a hacer bien. Hemos jugado cinco eliminatorias entre Segunda B y Segunda y las hemos ganado las cinco. Casualidades hay  pocas. Esto es porque el jugador cree en el proyecto en el que tiene al lado y corre por su compañero. Corremos por los hijos del de al lado. Cuando eres capaz de conseguir eso tienes un grupo muy peligroso. Nosotros lo teníamos. En un proyecto a medio plazo como este  de dos años y medio hay que creer, además de trabajar mucho y bien. También es necesario que se alineen los astros. 

Seguro que al Burgos CF le encantaría saber la receta para pasar en dos años y medio de Segunda B a Primera. ¿Existe una fórmula?
Creo mucho en la estadística. Si tienes capacidad económica para sujetar un proyecto durante 4 ó 5 temporadas cada año que transcurre das un paso adelante. El primer año tienes 10 futbolistas que te valen, al siguiente 15, al siguiente 18… cuando tienes alrededor de 18 jugadores válidos para la Segunda B es probable que asciendas. Pero tienes que  tener esa capacidad económica para que los jugadores buenos no se vayan. Si eres capaz de conseguirlo, ese proyecto en un medio plazo de 3, 4 ó 5 años acaba subiendo seguro. Uno de los ejemplos es Cartagena. Se ha quedado varios años a punto de ascender y al final lo ha logrado siendo constante, ordenado y sin hacer un proyecto fuera de mercado. Creo que es una imagen en la que se pueden mirar los equipo de Segunda B. Aunque todo esto es difícil, porque si no lo haría todo el mundo.

¿Se ve algún día entrenando al Burgos CF?
Nunca he jugado en el primer equipo de Burgos. Jugué en el Atlético Burgalés, que entonces era el filial, pero en el primer equipo no pude debutar. Es una espina que tengo clavada. Me fui y no me fue mal, ya que pude jugar 350 partidos entre Primera y Segunda. ¿Si me veo?, las circunstancias y el tiempo lo dirán. Claro que me gustaría entrenarlo porque es el equipo de mi tierra. Le deseo al Burgos lo mismo que le ha sucedido al Elche, que en tres temporadas pueda subir de Segunda B a Primera. Ojalá pueda alcanzar ese éxito sea con quien sea.

¿Y su futuro?
Han pasado ofertas por delante, pero estábamos jugando el play off y los tiempos no cuadraban. He conseguido ascender y me he venido a casa a descansar. No quiero ni abrir el ordenador. He llegado y lo único que quiero es descansar, recuperar, bajar pulsaciones, disfrutar de mi padre, de la familia y de los amigos. No quiero ninguna prisa de ningún tipo. Después estaremos pendientes de los movimientos, de las posibilidades que puede haber fuera, pero ahora quiero unos días de paz.

¿Los éxitos tiene otro sabor junto a los suyos?
Con los tuyos todo se disfruta mucho más, pero es que encima estoy en casa. Esto no tiene precio. He estado casi cinco años sin poder estar en Salas cinco días seguidos. Cuando estas trabajando hay pocos días de vacaciones. Además este año casi no hemos tenido ni tiempo ni posibilidad de ver a los seres queridos. Ahora lo necesito y lo voy a disfrutar. Es más, ya lo estoy disfrutando.

¿Tanto ha echado de menos a su gente en los últimos años?
En el fútbol profesional no hay tiempo. Tenemos fama de que trabajamos poco, pero a cualquiera le invito a que pase una semana conmigo para que vea lo que trabajo. Hay poco tiempo para el ocio, por lo menos en mi vida, aunque quizás todavía tengo que aprender a manejar el tiempo y a distribuirlo. De momento no estoy capacitado para hacerlo.

¿Ser entrenador es mucho más absorbente que ser jugador?
Sin ninguna duda. Cuando eres jugador solo piensas en ti. Cuando eres entrenador piensas en 60-70 personas que son con las que tratas diariamente. Tengo que tener contento a la chica de recepción, a los utilleros, al cuerpo médico, a los jugadores, a los técnicos, a la prensa… a todo el mundo. A mi me lleva mucho más tiempo el manejo del entorno que el del equipo.