Nunca llueve a gusto de todos. El verano, con las altas temperaturas y la época de vacaciones en los trabajos, es el momento perfecto para salir de las ciudades rumbo a la playa o la montaña. Dejar el coche, el avión o el tren de lado y optar por el turismo de autocaravana está cada año más de moda. Según los últimos datos de la Asociación Española de la Industria y Comercio del Caravaning (Aseicar), la provincia de Burgos lideró el año pasado la matriculación de este tipo de vehículos con 59 unidades, del total de 262 que se dieron de alta enCastilla yLeón. Salvando Melilla, en todas las comunidades autónomas creció la cifra de autocaravanas, con una media a nivel nacional del 21%, pasando de las 5.700 matriculaciones de 2017 a las más de 7.000 de 2018 . Además, en territorio burgalés se han multiplicado las empresas de alquiler o renting de este tipo de vehículos, que durante el verano, y sobre todo en la primera quincena del mes de agosto, han tenido una ocupación cercana al 100%.
Sin embargo, los gerentes de loscámping se han ‘alzado en armas’ contra el «descontrol» en el que a su juicio se mueve este tipo de turismo. «Todo lo que sean usos legalizados del entorno nos parece correcto, pero no nos parecen bien iniciativas de ayuntamientos o instituciones que, pensando que van a captar un público de autocaravanas, permitan algo ilegal, sin cumplir una serie de obligaciones que sí tenemos que acatar nosotros en materia de medio ambiente o con Interior a la hora del control de viajeros», indica Enrique La Orden, presidente de la Asociación de Campings de Castilla y León (Asecal). «Nos parece un agravio comparativo en unos espacios altamente sensibles», recalca.

[más información en la edición impresa]