Encuentro de sobresaltos para el Blasgón y Bodegas Ceres y triunfo importante para acercar al equipo a la permanencia. Tras la derrota en Zarautz el conjunto ribereño debía volver a la senda de la victoria para corregir su rumbo y ante el Barcelona B lo hizo. Tardó, eso sí, ya que comenzó de forma muy diluida y demasiado apoyado en las intervenciones de Ricardo Amérigo bajo palos para sostenerse la potencia de fuego catalana. Elemento éste disuasorio durante una primera mitad de partido que tuvo en Mamadou Lamine a su máximo artillero junto con Pau Oliveras por bando azulgrana, pero que propició que la desventaja local al descanso no fuera excesivamente sangrante (14-16).

Ya en la reanudación, mismos derroteros por ambos bandos con una singularidad: el cansancio. Y es que el elevado ritmo de juego catalán era de esperar que penalizara más tarde o más temprano al filial de la capital barcelonesa. Así fue. A menos de diez minutos para la conclusión, la plantilla azulgrana comenzó a dar síntomas de agotamiento y, con un parcial de un gol en cinco ataques fallidos, Aranda volvió a entrar en partido. Lo hizo además por la puerta grande. Con un par de intervenciones de mérito de Amérigo bajo palos (rozó el 44% de efectividad), y con un tanto en el último suspiro de Miguel Llorens para retener la victoria, y los puntos, en el Príncipe de Asturias de la capital ribereña.