Las maletas rodaron ayer por el suelo del aeropuerto de Burgos por última vez rumbo a Barcelona, al menos hasta que se recupere esta línea regular o lleguen otras. Lo cierto es que nunca ha sido una terminal en la que se hayan aglomerado muchos pasajeros pero el fin de esta conexión, tras concluir el contrato entre el Ayuntamiento y Air Nostrum, supondrá una molestia para las personas que la usaban con el objetivo de estar en la Ciudad Condal en una hora y diez minutos, que ahora tendrán que buscarse otras alternativas si quieren viajar en transporte público en las que emplearán más horas.
La última aeronave procedente de Barcelona llegó a Villafría a las 15.43 horas, algo antes de horario previsto, y de ella descendieron 20 pasajeros. El tema de conversación durante el trayecto fue la supresión de los vuelos, tal y como reconoció Alejandra que vive en Cataluña pero viene habitualmente a la capital burgalesa. «Es una faena la que nos hacen al quitarnos este avión. Venir a Burgos en tren es horrible, da la vuelta a España. Desde luego la comunicación de Burgos con Cataluña es mala», aseguró.
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