Camino sin retorno

J.M.
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El enfrentamiento con la edil Margarita Arroyo lleva a Israel Hernando a plantearse su renuncia al acta de concejal de Podemos. De abandonar, le sustituiría en el cargo Ana González Apestigue, afín al corporativo

Margarita Arroyo e Israel Hernando, durante un pleno en el Fórum. - Foto: Alberto Rodrigo

La guerra abierta entre los dos concejales de Podemos en el Ayuntamiento, Israel Hernando y Margarita Arroyo, se ha tornado ya insostenible. Hasta tal punto que el edil de la formación morada estaría planteándose su renuncia al acta de concejal y dejar paso a la siguiente de la lista, la también persona de su confianza y exconsejera vecina en Aguas de Burgos, Ana González Apestigue. 

La consigna en el entorno de Hernando es la de mantener el máximo sigilo hasta la comparecencia ante los medios de comunicación que el concejal ofrecerá este mediodía en el Centro Cívico de Gamonal Norte. Podría anunciar su renuncia al acta de concejal, pero tampoco se puede descartar que decida dejar su responsabilidad al frente del partido en la capital o incluso que decida salirse del Grupo Municipal para integrar el mixto. Eso fue, sin ir más lejos, lo que hicieron en su día los entonces concejales de Imagina, Raúl Salinero y Blanca Guinea.

La relación entre Hernando y Arroyo ha ido de mal en peor, pero el punto de inflexión tuvo lugar cuando a finales del año pasado la edil decidió respaldar la candidatura de Ignacio Palma para dirigir el partido en la capital.

De nada sirvió que Hernando, vencedor en ese pulso, decidiera incluir tanto a Arroyo como a Palma en su equipo. La tensión, lejos de frenarse, fue en aumento y el siguiente episodio de conflicto fue el despido, por parte de la edil, del trabajador eventual de la formación morada para el Grupo Municipal. Le acusó de haber facilitado un anónimo al PP con una multa de tráfico y de manera unilateral decidió prescindir de sus servicios. El exempleado presentó una querella por calumnias que el juzgado ha decidido este mismo mes admitir a trámite.

Este despido, de una persona de la confianza de Hernando, generó un tremendo malestar en el concejal, defensor de su valía e integridad.

No fue la única salida. Arroyo, haciendo valer su condición como portavoz en el Ayuntamiento, también se quitó de en medio a la consejera vecina en Aguas, Ana González Apestigue. La que, de producirse la marcha de Hernando del Ayuntamiento, ocuparía su acta.

El malestar de Hernando, que llegó a pretender quedarse con la portavocía del Grupo Municipal, ha ido creciendo al entender que el partido a nivel de Castilla y León, según su criterio, debía de haber tomado alguna decisión contra Arroyo. En el círculo más próximo al concejal no entienden que el partido se ponga de perfil y se desentienda de una situación que se arrastra desde hace meses y que está generando graves problemas de imagen a la organización.