Al rescate de los trabajos de antaño

Marta G. Cuéllar
-

Vicente Vivancos presenta esta tarde (20 horas) en Huerta de Rey un nuevo libro, 'Oficios olvidados', un viaje a través de testimonios de personas que los conocieron y practicaron

Vicente Vivancos ha escrito otro libro sobre el incendio de Huerta de Rey y es un gran conocedor de la historia de Gamonal. - Foto: F2Estudio

Vicente Vivancos presenta su cuarto libro, Oficios Olvidados, esta tarde (20:00 horas) en el Teatro de Huerta de Rey. El documento recoge el testimonio de quienes conocieron los trabajos de antaño como los molinos, los lagares de cera o el tarbajo de la resina.

Haciendo un análisis de sus libros anteriores, Huerta de Rey, incendio de 1918 y Gamonal más que un barrio, Vivancos recogió imágenes de la historia de su pueblo para recopilarlas en Huerta de Rey, 100 años en imágenes. «Cuando escribí éste, organicé las imágenes por temáticas. Cuando toque el tema de los oficios me dí cuenta de que existían infinidad de ellos que ya no existen, y se me ocurrió hacer un libro temático que los recogiese. Me entrevisté con gente que se dedicaba a ello y me fui encontrando con noticias muy curiosas, como que aquí hubo un molino de aceite de enebro, algo que la gente del pueblo no sabía. Investigando, poco a poco, fui encontrando este tipo de cosas», relata. «El libro del incendio fue el primero que escribí y cuando se cumplió el centenario de aquella catastrofe saqué el libro, aprovechando también un poco el tema de la fotografía. Durante mi trabajo en ese libro toque un poco el mercado que se monta los lunes, que tras aquel incendio fue el alma del pueblo. Venía gente de muchas zonas de la sierra y de la ribera a comprar y vender, y a raíz de aquel mercado también nacieron muchos oficios».

El trabajo fundamental para Oficios Olvidados ha sido «la recopilación de testimonios de los vecinos, que han querido recordar lso antiguos oficios y contármelos para que yo los transmita, del mismo modo he hecho mucho trabajo de archivo, como son la lista de empresas de la Cámara de Comercio de Burgos o el Archivo del Marqués de Ensenada». Su principal objetivo siempre lo tuvo claro, recordar el paso del trabajo manual al industrial como un fenómeno inevitable, «paro recuperar para nuestra memoria lo que fuimos».

Un factor fundamental en el oficio de los artesanos es la tradición familiar, el paso de padres a hijos, por ello, en este trabajo Vivancos ha querido recuperar los antiguos oficios que realizaban en el pueblo pinariego de Huerta pero que se pueden extrapolar a prácticamente toda la provincia. Apenas queda rastro de los oficios que recoge en su libro, los talleres han desaparecido y los locales tienen otras funciones, como Vicente dice, «un molino persiste, pero ya no muele harina, dos lagares de cera que no producen, pezgueras que no dan pez o herrerías sin yunque donde martillear los metales».