Vivir un siglo... y más

EFE
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España contaba con 19.639 personas a cierre de 2022 que pertenecen al exclusivo club de los centenarios, todo un ejemplo de superación y de afrontar la vida con optimismo

Vivir un siglo... y más

Llegar a cumplir un siglo es todo un acontecimiento. La vida concede este privilegio a personas muy contadas, que son todo un ejemplo de superación y de cómo afrontar el día a día con optimismo, como Carolina, que tiene 100 años, José María otros tantos, Eustaquio 101 y Esperanza 106. Todos ellos, forman parte del exclusivo club de los centenarios que hay en España, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes al 2022, en el que están registradas 19.639 personas.

Tienen vinculos con distintos sectores. Maestros, reposteras, carpinteros, ganaderos e incluso una aficionada al baile. Este cuarteto de centenarios gallegos comparte los secretos de su longeva existencia.

José María Marful celebra como uno de sus mayores logros de vida el haberse vuelto hace años «otra vez a España», a su tierra natal en Lourenzá (Lugo). Allí, hace tan solo un mes soplaba las velas del siglo rodeado de los suyos, pero también de otras dos de sus perdiciones: sus frutales y la ebanistería.

«Me siento para comer al mediodía y hasta que ceno estoy entretenido con mis cosas», detalla. Y es que un torbellino de vitalidad como el que corre por sus venas no entiende de «ningún secreto» aparte de estar «siempre en activo» y «luchando con la vida».

Para Carolina Viaño, natural de O Pino (La Coruña) y a medio camino entre los 100 y los 101, su casa es ese refugio donde cada día hojea los periódicos y recupera esas recetas reposteras que aún conserva de cuando trabajó como panadera.

Desde aquellos tiempos, tiene la sensación de que el mundo «cambió mucho», aunque reconoce que, sea como fuere, no merece la pena agobiarse por las incertidumbres.

Como es propio de la edad, oye un poco mal, pero eso no le impide disfrutar de una buena conversación en la que rememorar cuentos de los de antes. Entre risas confiesa que no tiene claro si existe una fórmula para llegar a centenaria, más allá de «cumplir muchos años» y «comer bien», se ríe. Eso sí, para superar su marca actual recomienda con astucia a las generaciones más jóvenes «vivir bien y trabajar poco».

En el interior de Orense, también conocida como la Okinawa gallega, la provincia presume de uno de los ratios más significativos de habitantes centenarios. Uno de ellos es Eustaquio Pérez, quien a sus 101 años -en septiembre cumple 102- sale todos los días al monte con una veintena de ovejas.

«Esto es un regalo. Mi vida es trabajar. Me levanto sobre las cuatro o cinco de la mañana, desayuno un cazo de café con leche, pan y azúcar, y después ya cuando se hace de día bajo a la cuadra y saco a las ovejas», explica este vecino de Quintela de Leirado que vive con su mujer.

Tras esa rutina incesante, asegura que cuando llega a casa «comer, dormir y descansar» son prioridad hasta que a última hora vuelven las ovejas a la cuadra.

¿El secreto de su buena salud? «Nunca tomé medicinas, a veces tengo algún dolor de cabeza o de estómago, pero desaparece», detalla, aunque reconoce que ahora, con las primaveras que acumula, alguna que otra medicación sí le prescriben los médicos.

Esperanza Cortiñas no cree que haya ningún secreto para llegar a soplar las 106 velas como hizo el pasado diciembre. Esta vecina del barrio de A Ponte (Orense), le gusta viajar. «Hace poco fui con mi hija a París», cuenta. No era la primera vez que cogía un avión. Aún así, le sorprendió ver a bordo únicamente a «gente joven».

Desde los años en los que se dedicó a las tareas del hogar en casas ajenas a las andanzas por el mundo que hoy sigue coleccionando observa que la vida «ha cambiado como del día a la noche» y piensa que la gente «no es amable como antes».

«Bailar mucho y echar la partida de cartas todos los días» la ayudan no solo a sobrellevar una vida en la que hace «de todo», sino también a que la memoria se ejercite.

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