Seteros hallan un cráneo y huesos de un niño en Hortigüela

P.C.P.
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Los restos estaban semienterrados bajo una sabina y parecen muy antiguos. La Guardia Civil los enviará al Instituto Anatómico Forense para su datación

Por sus dimensiones, el cráneo podría pertenecer a un niño de entre 10 y 12 años. - Foto: DB

Un grupo de amigos que se juntaron el sábado para buscar setas en un monte próximo a Hortigüela acabaron la jornada con un macabro hallazgo en su cesta. Un cráneo y otros restos óseos indubitadamente humanos, de un tamaño que hace pensar que pertenecieron a un niño de entre 10 y 12 años. A simple vista, se trata de unos huesos muy antiguos, en los que no queda rastro alguno de piel o tejidos, y no se descarta tampoco que puedan proceder de más de un individuo.

El descubrimiento fue puesto de inmediato en conocimiento de la Comandancia de la Guardia Civil, que desplazó una patrulla a la zona para verificarlo y hacerse caso de los huesos, que posteriormente fueron recogidos y remitidos al Instituto Anatómico Forense para tratar primero de determinar su datación con la prueba del carbono-14 y, posteriormente, si se considera necesario y técnicamente posible, tratar de extraer ADN para su identificación.

Según pudo comprobar la Benemérita, en esta zona a caballo entre la comarca de Lara y la Demanda, no constan en los archivos policiales denuncias por desaparición al menos en los 10 últimos años. Tampoco se recuerda en la localidad ningún episodio más antiguo sin resolver con un menor involucrado, como se puede inferir por el tamaño del cráneo. 

El grupo de amigos que encontró los restos humanos, justo delante del bosque en el que estaban semienterrados.El grupo de amigos que encontró los restos humanos, justo delante del bosque en el que estaban semienterrados. - Foto: DB

Alberto Fernández buscaba hongos en una zona de monte bajo bastante espesa, cuando a los pies de una sabina vio algo que blanqueaba y pensó que había tenido suerte. Cuando se acercó, rápidamente de dio cuenta de que no era la cabeza de un champiñón lo que asomaba, ni tampoco una piedra cualquiera. Prácticamente tuvo que escarbar para extraer la calavera que mostró al resto de amigos cuando se reagruparon con la vista fija en lo que sujetaba entre las manos.

Posteriormente apareció también parte de una columna vertebral y el hueso del coxis, que por el tamaño podría pertenecer a otro infante, al ser aparentemente más pequeño que el cráneo. Tras confirmar a la Guardia Civil que no se trataban de restos óseos de animales, algo que origina muchos desplazamientos en balde, afortunadamente en esa zona rural sí encontraron la cobertura suficiente para enviar incluso una fotografía del cráneo por WhatsApp, se desplazó hasta el lugar una patrulla para custodiar los restos e iniciar el procedimiento para su remisión al Instituto Anatómico Forense.

No son los primeros caminantes o seteros que dan un paseo por este lugar, que tiene cerca unas colmenas que están atendidas. Se encuentra además a unos 30 metros de un río, aunque parece poco probable que los huesos hayan sido arrastrados allí por el agua en una crecida, puesto que se encontraban semienterrados. Quizás el desarrollo de las raíces de la sabina haya podido hacer que afloraran parcialmente y permitir su descubrimiento.

Entre los vecinos de Hortigüela, por donde se ha extendido ya la noticia del hallazgo, todo son especulaciones. A poco más de dos kilómetros se ubica un dolmen, por lo que se preguntan si estos restos pueden proceder de algún antiquísimo lugar de enterramiento colectivo cuya existencia ignoraban. La respuesta, si es que algún día llega, tendrá que esperar.