Sergio Martín San Miguel es el paradigma del joven que tiene las cosas claras desde bien temprana edad. Quería ser militar y lo es, bien es cierto que hizo caso a su familia -su padre es subteniente- y antes de alistarse a los 23 años cursó un grado medio de informática y uno superior de electrónica, una formación que le ha sido de gran ayuda en el regimiento en el que ingresó, el de Transmisiones 1, con base en Castrillo del Val. Primero estuvo en Madrid, en ‘guerra electrónica’, y después regresó a Burgos en busca de «nuevos retos», pues «acomodarse» no es lo suyo. Deseaba viajar en misión internacional con el Ejército de Tierra desde que se unió a él y, tras seis intentonas, lo ha conseguido. El día 5 de diciembre regresó de Mali, tras sis meses desplegado en uno de los cuarteles generales -el de Bamako- que comandan la EUTM, la misión de la Unión Europea de ayuda al Ejército maliense a mejorar sus capacidades militares, para que pueda recuperar la integridad territorial del país.

La plaza en esta expedición se adaptaba como un guante a su perfil militar, tanto por los idiomas que domina -francés e inglés- como por sus habilidades y conocimientos profesionales en materia de transmisiones, ya que su cometido allí era el de preparar y mantener las comunicaciones en el contexto de la misión. Su trabajo se basaba, fundamentalmente, en establecer y garantizar el funcionamiento de las redes (radio, telefonía móvil, comunicaciones cifradas) para llevar a cabo videoconferencias de todo tipo, entre ellas la «del foro internacional en el que generales y altos mandos de todos los países discutieron sobre la situación actual del continente africano».

(El reportaje completo y más fotografías, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)