Era la crónica de una muerte anunciada y ayer por la mañana se certificó el trágico final.El hotelAlmirante Bonifaz, uno de los más conocidos de la capital, no volverá a abrir tras cerrar sus puertas al inicio de la pandemia.Por aquél entonces era la cadena hotelera Barceló la que tenía alquiladas, en régimen de explotación, las instalaciones, pero ante las malas perspectivas de cara al futuro decidió romper unilateralmente el contrato, dejando a la familia burgalesa dueña del inmueble con 15 personas a su cargo, algunas de ellas con toda una vida laboral en el inmueble y, por lo tanto, cercanas a la jubilación.
Dadas las condiciones esta tenía claro que no podía permitirse afrontar todos los gastos, por lo que inició un periodo de conversaciones con los representantes de los trabajadores para tratar de alcanzar un acuerdo de salida.Estas reuniones culminaron ayer con un acuerdo entre ambas partes, que finalizará el próximo 31 de agosto con la salida de 15 empleados.

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