Pascual rebajó ayer de 45 a 38 el número de afectados por el procedimiento de despido colectivo en su sede de Aranda de Duero, su mayor centro de producción con unos 900 puestos de trabajo.
En lo que respecta a la fábrica de la capital ribereña, 25 de los 38 afectados se acogerán a jubilaciones anticipadas y los 13 restantes serán despedidos. Unas medidas que se pondrán en marcha esta misma semana, según apuntaron fuentes de la propia empresa.
Según ha podido saber este periódico sobre el plan de jubilaciones incentivadas, Pascual habría ofrecido a los trabajadores de entre 58 y 61 años de edad hacerse cargo del pago de las cotizaciones a la Seguridad Social hasta los 63 años. Además, aunque encontraran otro trabajo en ese periodo de tiempo, la firma seguiría asumiendo dicho coste.
Para los empleados de entre 61 años y 11 meses hasta 62 años y 11 meses, la empresa propone abonar la cobertura hasta los 64 años. Y, finalmente, para aquellos cuya edad se sitúe entre 62 años y 11 meses y 63 años, los pagos por parte de Pascual se alargarán hasta los 65 años.
Las negociaciones llevadas a cabo durante el pasado fin de semana han cambiado el panorama. A pesar de que el viernes la empresa comunicó que había alcanzado un acuerdo con los representantes de los trabajadores para prescindir de 137 empleados en toda España y de que en diciembre se llegó a hablar de 200 perjudicados, ahora la cifra desciende hasta los 126, un 37% menos que en las previsiones iniciales.
Según informó Pascual en un comunicado, las indemnizaciones por despido contempladas en este procedimiento tendrán «las condiciones más favorables que marca la ley». Además, añaden, la compañía ofrecerá servicios de asesoría y ayuda para la búsqueda de empleo.
Despidos «injustificados». El sindicato UGT denunció ayer que «no existe causa legal organizativa o productiva» que justifique los despidos. A su juicio, la empresa «incumple la normativa vigente sobre medidas extraordinarias para la protección de empleo en la que se establece».
UGT critica que Pascual «ha jugado con ventaja» ya que cuenta con «un comité de empresa absolutamente domesticado, sin capacidad de reacción». El sindicato asegura que durante los 30 días que han durado las negociaciones, los integrantes del comité «no ha informado a los trabajadores de cuestiones básicas». Algo que, en su opinión, demuestra una vez más «un comportamiento indecente».