A diferencia del año pasado, no se diseñará un dispositivo especial de la Policía Local para el control de las novatadas aunque sí se redoblará el del botellón asociado a estas prácticas, según confirman desde el área de Seguridad municipal. El curso pasado se estableció con la colaboración de la Subdelegación del Gobierno, el Ayuntamiento y la UBUdebido a la alta incidencia de la pandemia que se registraba en ese momento. Ahora el inicio del curso coincide con una baja incidencia de la covid-19. 

Las novatadas están prohibidas en el campus pero se suelen trasladar a otras zonas de la ciudad y aunque afortunadamente van perdiendo peso todavía las hay, según reconocían ayer algunos alumnos. La vicerrectora de Estudiantes, Verónica Calderón, aseguró que en la jornada de bienvenida a los nuevos estudiantes se hizo mucha incidencia por parte del rector, Manuel Pérez Mateos, al asegurar que la institución «perseguirá cualquier actividad que suponga maltrato, vejación, sexismo, sumisión o conductas que lo único que hacen es vejar». 

Calderón recordó que estas prácticas «no representan el espíritu universitario» al tiempo que añadió que en este momento de pandemia suponen «una irresponsabilidad». «Estamos en pandemia y además este tipo de conductas son indeseables, degradantes, abusivas y esperamos que la acogida por parte de estudiantes de cursos superiores sea más constructiva, hay otras maneras de acoger a los estudiantes de nuevo ingreso», sentenció. 

Calderón insistió en la prohibición y recordó que el Consejo de Ministros ha dado luz verde a la nueva Ley de Convivencia Universitaria, que castigará con hasta dos años de expulsión al estudiante que realice novatadas graves. «Aunque desde fuera los estudiantes puedan ver normales las novatadas, no lo son. Apelo a la responsabilidad de los universitarios», apuntó. 

Desde el Consejo de Alumnos aseguran que la prohibición de realizar novatadas dentro del campus no hará que se acabe con ellas. «Si lo prohibes en el campus se trasladan a otros lugares de la ciudad. Todos los años hacemos campañas para evitar que se realicen», indicó Rubén Monar. 

Nerea Pellejero, alumna de primer curso de Química, aseguró que tanto en la residencia donde tiene el alojamiento como en clase les han advertido de la prohibición. «Nos ha venido algún veterano a decirnos la posibilidad de quejar pero sin novatadas, solo para estar juntos».