La heráldica en la capilla del Condestable (II)

JUANJO CALZADA
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Escudo de doña Mencía de Mendoza y Figueroa

Arriba: Escudo de doña Mencía de Mendoza y Figueroa. Abajo izquierda: Armas paternas. Abajo derecho: Armas maternas.

*Este reportaje corresponde a la serie 'Ochocientos años de un templo y una ciudad' (Catedral guardada / 17) y salió publicado en la edición impresa de Diario de Burgos el pasado 20 de septiembre. 

I. DOÑA MENCÍA DE MENDOZA Y FIGUEROA

Hija del marqués de Santillana, Íñigo López de Mendoza, heredó de su familia el amor por las letras, llegando a ser una persona muy culta. Mientras su marido luchaba ella administraba el patrimonio familiar, acrecentándolo con nuevas construcciones: la Casa del Cordón para morar, la quinta de la Vega para holgar y la capilla del Condestable en la que orar y ser enterrados ambos esposos.

1.- Cuarteles 1 y 4: armas paternas

+ Banda

La casa de los Mendoza proviene de Álava y dice descender del Cid por la banda roja, perfilada de oro, que lleva sobre campo verde en su escudo. Esta leyenda surge a mediados del siglo XV, cuando la familia Mendoza está en alza. El cardenal don Pedro González de Mendoza pondrá a su hijo por nombre Rodrigo de Bivar y obtendrá de los Reyes Católicos para él el título de conde del Cid. Aunque en la época del Cid no existía la heráldica, por todos es sabido que hoy en día en sus efigies le colocan el escudo de la banda.

Lógicamente, todo esto es leyenda difundida sobre todo a lo largo de la Edad Moderna. Así, Argote de Molina en el siglo XVI, a la hora de hacer referencia a la banda del Cid, llega a decir que la heráldica es anterior a las fechas que hoy en día aceptamos. Así, Diego Hernández de Mendoza en el siglo XVI, el jesuita Hernando Pecha en el XVII y Gutiérrez Coronel en el XVIII defienden que los Mendoza descienden del Cid, llegando Hernando Pecha a poner el origen de esta genealogía en los ilergetes Indibil y Mardonio y posteriormente en los Jueces de Castilla. 

Hay dos formas de interpretar la banda roja en campo verde: mientras Diego Hernández de Mendoza nos habla de la sangre derramada de los moros a la tierra, los otros dos dicen que el campo verde son las tierras conquistadas por el Cid, siendo la banda roja heráldica la banda carmesí   que el Cid llevaba cruzada en el pecho con un orillón a modo de insignia. Aquí estaríamos en algo semejante al estandarte del Cid que se conserva en Vivar del Cid (Burgos), eso sí, el que vemos hoy en día es una obra de Albarellos de 1921, año en el que el Cid fue enterrado en la catedral. En él hay tres escudos, uno de ellos el de la banda, y aparece el Cid sobre un caballo en corveta, con la banda carmesí sobre su armadura y el bastón de mando en la mano derecha.

+ Cadenas

?Tienen que ver con la batalla de las Navas de Tolosa (1212), dado que los Mendoza fueron una de las familias que rompió las cadenas que cercaban la tienda del sultán Miramamolín. Su forma recordaba a los refuerzos de un escudo que, partiendo de la bloca o umbro, iban hasta los bordes. En dicha bloca debe aparecer una esmeralda verde, alusión al turbante de Miramamolín, con lo que se nos quiere dar a entender que ha sido sometido por las tropas cristianas, no un carbunclo de oro. Íñigo de Mendoza fue de los primeros que rompieron las cadenas que protegían al sultán.

+ ‘AVE MARIA…’

Son las armas de la casa de la Vega que Garcilaso de la Vega gana en la batalla del Salado. Se cuenta que viendo a un moro que arrastraba un pergamino con las letras AVE MARIA sujeto a la cola de su caballo, Garcilaso al considerarlo indigno le mató, presentándose ante Alfonso XI con la cola del caballo y el pergamino. El rey entonces le concede por armas el AVE MARIA GRATIA PLENA en letras azules sobre campo de oro.

Los Mendoza incorporan estas armas a su escudo por el matrimonio del Almirante de Castilla don Diego Hurtado de Mendoza con Leonor de la Vega.

2.- Cuarteles 2 y 3: armas maternas 

+ Hojas de higuera.

Las armas de los Figueroa, cinco hojas de higuera, son parlantes, pero también, en un intento de dar prestigio a la familia, surge en torno al motivo heráldico toda una leyenda que tiene que ver con el llamado tributo de las cien doncellas. Se cuenta que en el 783 Mauregato, al haber llegado al trono con la ayuda de Abderramán I, se vió obligado al tributo de entregar cien doncellas vírgenes al musulmán. Muchas familias cristianas intentaban evadirse alegando falsos embarazos de sus hijas, pérdida forzosa de la virginidad, ingreso en un convento, amputación de miembros, etc.

Ramiro I, al derrotar a Abderramán II en la batalla del Clavijo, terminó con este agravio y para dar las gracias al apóstol Santiago, que le había ayudado a vencer al infiel, estableció el voto de Santiago, una especie de donativo a la iglesia del mismo nombre.  En realidad no está demostrado que existiese la batalla del Clavijo realmente, no así la batalla de Simancas, en el 929,  en donde Ramiro II de León, García Sánchez de Navarra y Fernán González derrotaron al cruel Abderramán III.

Al margen de la verdad histórica, nos interesa destacar el carácter legendario que rodea a todo esto, de suerte que reyes y nobles, en su lucha contra el infiel, se convierten en héroes. Entre los nobles que supuestamente no aceptan el tributo de las cien doncellas están, entre otros, los Figueroa, que consiguen liberar a un grupo de doncellas matando a muchos infieles con troncos de higuera, ya que sus lanzas estaban inutilizadas. Otra versión menos fantasiosa es que derrotan al infiel junto a una higuera. 

3.- Timbre 

+ Pegaso

Los mitos nos hablan de este caballo alado como medio de transporte del héroe Belerofonte en su lucha contra la Quimera o de Perseo cuando derrota al dragón y libera a Andrómeda. Sin embargo  me interesa destacar más otra faceta, concretamente su relación con Apolo y las Musas.

En este caso el mito nos dice que las Piérides entraron en competición con las musas y que estas cantaron tan bien que el monte Helicón, en donde se ubica el mito, empezó a elevarse y que a punto de alcanzar el cielo descendió el pegaso y al posar una de sus patas en él surgió la fuente Hipocrene. Por su relación con el dios y con las musas ha llegado a simbolizar la vida contemplativa, aparte de que la fuente Hipocrene sirvió de inspiración a poetas, filósofos y artistas.

Si la cimera del león representa la vida activa de don Pedro, el pegaso simboliza la vida contemplativa de doña Mencía y el poder de los Mendoza para vencer sobre el mal sin necesidad de demostraciones físicas. Doña Mencía era un persona muy culta, siendo ella quien dirigió el programa iconográfico de la capilla. Los Condestables de Castilla se complementan pues, viniendo a significar su matrimonio la unión de la vida activa con la vida contemplativa.

Fuentes: Faustino Menéndez Pidal de Navascués, Antonio Herrero Casado, Pedro Blas Valverde Ogallar, Mirian Begoña Riesco de Iturri, María Cruz García López, José de Moret, Martín de Riquer, José Antonio Quijera Pérez, Francisco Piferrer, Ángel del Arco y Molinero, Miguel Ángel Elvira Barba y Alberto C. Ibáñez Pérez.