Las fiestas de San Pedro de 2022 serán especiales para todos los burgaleses, pero mucho más para Gadea y Fátima. Durante estos días festivos serán las reinas y las protagonistas. Y lo asumen con una mezcla de entusiasmo y nerviosismo. Su presencia es una prueba más del regreso a la normalidad, después de dos años marcados por el covid.

Fátima Visa tiene 22 años, pertenece a la Peña Cultural Recreativa de Fátima y está a punto de acabar 4º de Derecho y ADE, tras estar el último año de Erasmus en los Países Bajos.

Gadea Mayoral tiene justo la mitad, 11 años, acaba de finalizar 5º de Primaria en el Saturnino Calleja y llega desde la peña Fajas de Huelgas. Dos generaciones totalmente diferentes, pero una ilusión común, disfrutar de las fiestas después del parón vivido por la pandemia. Y lo harán con las responsabilidad que conlleva vestir la cinta de reinas. 

«No podía parar de llorar», recuerda Fátima del día de la elección. «Me quedé parada, era un sueño hecho realidad. En ese momento me vino a la cabeza todo el mundo que iba a estar feliz con esta noticia. Para mí era un sueño, pero también para toda la familia. Pensé: ¡Por fin lo he conseguido!», continua.

«No me lo esperaba. Al principio no sabía de hacer, estaba muy nerviosa», reconoce Gadea. 

Atrás quedan dos años sin fiestas, o al menos como las hemos conocido siempre. Y así lo reconocen ellas, las reinas de las fiestas. «El año pasado no hice nada especial, solo fui a algunos actos y no tengo muchos recuerdos. De la pandemia recuerdo sobre todo que no podía ir al colegio», explica Gadea, mientras que Fátima señala el sentimiento de vacío que vivió porque «no estaban las peñas y nada fue igual. Estuve en algún concierto, aunque era más un evento que un acto de las fiestas». A ella gran parte de la pandemia le pilló en los Países Bajos, «sola y sin mi familia, aunque me sentí muy arropada con unos amigos, que me cuidaron muy bien». «Allí la se vivió de una forma muy distinta. Las mascarillas se usaban muy poco y en Navidades tuvieron que poner medidas más duras. Tienen otra mentalidad, en España está todo más regulado».

Con el regreso de la normalidad, han vuelto a hacer lo que más les gusta. Gadea, por ejemplo, aplaude el regreso a las actividades extraescolares «y poder acudir a mis clases de baile», mientras que Fátima puede de nuevo «disfrutar de la cultura y salir con los amigos, retomar la vida social».

Y llegan las fiestas y todo será diferente para ellas. «Lo mejor será estar todos juntos de nuevo, ver a todos los burgaleses y burgalesas disfrutar de las fiestas». «El hecho de ser reinas nos va a cambiar porque tendremos muchos actos, mayor protagonismo. Será algo distinto y único para nosotras. Pese a ello espero con mucha ilusión los conciertos, me encantan. También la bajada de los toros». Fátima apuesta por una mayor afluencia en los actos y como ejemplo pone la fiesta de la Virgen Blanca, «donde se comprobó que la gente tenía muchas ganas de normalidad, salir a la calle y estar unidos. Creo que ese optimismo lo veremos durante estos días, esas ganas de salir, divertirse. Mucha gente lo ha pasado mal y unas fiestas siempre devuelven la alegría». «Durante estos dos años hemos pasado de estar todo el día en la peña, de ser como una familia, a dejar de ver a mucha gente durante meses. Porque los peñistas no solo nos juntamos durante las fiestas, y ha sido duro estar tanto tiempo sin vernos».

Gadea también lo tiene muy claro: «Cambiará todo respecto al año pasado». Está deseando volver a convivir con todos los miembros de su peña , asistir a la ofrenda floral, la bajada de los toros e ir a las barracas. «Tengo muchas ganas de bailar la jota. Estoy un poco nerviosa, sobre todo pensando en el discurso porque creo que me va a salir mal. Quiero que las fiestas lleguen ya».