San Juan de Dios anuncia su cierre y la Junta le ofrece seguir con la negociación

Angélica González / Burgos
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«Si están dispuestos yo les he ofrecido volver a hablar», dijo ayer el consejero de Sanidad. La orden religiosa argumenta que no puede sostener la atención a los enfermos subagudos y de cuidados paliativos a los precios que le paga la Administración

Al conocer la decisión del cierre los trabajadores colgaron pancartas reivindicativas tanto en el edificio como en la valla que lo circunda. - Foto: Jesús J. Matías

Apenas quince días ha tardado en materializarse la hipótesis que el 31 de octubre apuntaba en estas mismas páginas el gerente del Hospital San Juan de Dios, Guillermo Pérez Toril. Ayer reunió al comité de empresa para comunicarle que el 31 de diciembre es el último día que absorbe toda la actividad asistencial procedente de Sacyl, lo que en la práctica significa el cierre del hospital. El grueso de su trabajo diario son los pacientes procedentes de la sanidad pública y menos del 1% son usuarios de aseguradoras. El consejero de Sanidad, Antonio Sáez, al conocer esta decisión, avanzó a DB que ha ofrecido al responsable de la orden volver a sentarse para hablar «si están dispuestos». Casi al tiempo, los trabajadores colgaban pancartas reivindicativas en los muros y ventanas del centro.

Dos años llevaban negociando la Junta y San Juan de Dios para desatascar una situación que el centro privado consideraba muy lesiva para sus intereses. Parece que ayer, a primera hora, los responsables sanitarios anunciaron al Gobierno regional que se retiraban de esas conversaciones debido -según explicaron a este periódico- a que la Administración no sacará a concurso, como se esperaba, la atención a pacientes de media y larga estancia y necesitados de cuidados paliativos.

«Ellos querían ir a un concierto vinculado al tipo de paciente, algo que no desechamos y que en el futuro se puede hacer pero que ahora no es el momento», explicó  el consejero, quien recordó que la Junta le prestó al centro privado apoyo económico para remozar sus instalaciones «algo que no se ha hecho con ningún centro privado». Sáez precisó también que mientras la concertación ha disminuido en los últimos seis años un 33%, la que se hace con San Juan de Dios de Burgos ha crecido, de manera que entre 2007 y 2013 se incrementó un 19% su facturación. El consejero de Sanidad reconoció que este aumento del coste ha sido proporcional al crecimiento de los pacientes enviados por Sacyl y atendidos por el hospital religioso.

La consecuencia directísima de este conflicto y el problema más peliagudo que se les presenta ahora a las autoridades sanitarias es qué hacer con los pacientes que están ahora en San Juan de Dios dado que apenas queda un mes y medio para que se cumpla la previsión de cierre. El consejero dice que Sacyl les atenderá con «medios propios o medios concertados» aunque no pudo precisar cuáles serán puesto que el HUBU es un hospital de agudos y el Divino Valles ya se desechó en su día como recurso para enfermos de media y larga estancia, algo que  sugirió el médico Juan Francisco Lorenzo y que, como se recordará, le costó el cargo como jefe de Medicina Interna.

«Nos hemos enterado del anuncio del cese de la actividad esta mañana (por ayer) y lo estamos estudiando, no podemos decir ahora qué se hará, ya iremos viendo, pero se les atenderá en las mejores condiciones», aclaraba el consejero que, sobre el Divino Valles, argumentaba que era «una vía que no se había explorado» y añadía que en ningún caso se derivaría a pacientes a otras provincias: «No tendría ningún sentido».

La relación entre la Junta y San Juan de Dios viene de lejos. De hecho, el Gobierno regional, como recordaba el consejero, puso parte del dinero -3 millones de euros- que la orden se gastó en reformar el edificio y lo hizo con el compromiso de que utilizaría sus instalaciones. Además, hasta 2012 hubo entre ambas entidades un concierto por el que el centro religioso atendía a enfermos subagudos que necesitaban una estancia hospitalaria superior a la que le podía prestar primero el Yagüe y luego el HUBU, ambos hospitales de enfermos agudos. También se ocupaba de prestar cuidados paliativos, que tampoco están organizados en el Universitario.

Al no renovarse este concierto, la relación ha seguido en base a un  acuerdo de 1989 cuando las competencias sanitarias eran estatales (Insalud) pero que la Junta considera una normativa de concertación «aunque sea antigua». Así, por cada paciente que se manda a San Juan de Dios, Sacyl paga una media de cien euros, una cantidad considerada insuficiente: «Cada vez que recibimos un enfermo de Sacyl estamos poniendo dinero -unos 45 euros por paciente y día- y así no podemos seguir porque cada año nos gastamos millón y medio de euros para dar servicio a la sanidad pública que ni de lejos cubre el coste real de las camas, algo que solo pasa en Castilla y León», contaba el gerente de San Juan de Dios a DB el 31 de octubre.