La Arandina está de vuelta. El conjunto ribereño regresaba en la jornada de ayer lunes a los entrenamientos y lo hacía con una sonrisa en el rostro como dejaban entrever sobre el césped prácticamente todos los jugadores blanquiazules. Y es que, aunque hayan transcurrido ya siete días desde que el cuerpo técnico planificara en su hoja de ruta las vacaciones del equipo por el parón invernal, el tiempo apenas ha parecido transcurrir para unos futbolistas, los del Duero, que con ilusiones y pilas renovadas, han regresado a sus obligaciones rutinarias sin positivos COVID en sus filas y sin aparentes problemas físicos.
En una sesión de adaptación además, que comenzaba con un ligero retraso sobre el horario establecido y con las bajas de Adame y Elías Reyes en el vestuario (ambos se incorporarán mañana martes por vivir lejos de Aranda), pero que enseguida pasaba a dar muestras claras de la buena sintonía y disposición del grupo al reanudar éste las tareas pendientes que habían quedado aparcadas el pasado 20 de diciembre con absoluta y total normalidad.
De este modo, y tras realizar el inicial calentamiento protocolario, los jugadores ribereños pasaban a ponerse manos a la obra a las órdenes de Álex Izquierdo y Nacho Lobera para llevar a cabo varios ejercicios de activación antes de distribuirse a continuación en pequeños grupos de cinco personas con los que abordar rondos rápidos y continuar, con posterioridad, con un nuevo ejercicio con balón.
En esta ocasión, divididos en dos bloques -ataque y defensa-, con los que practicar posesiones y control, y antes de finalizar la primera sesión tras las vacaciones con una última actividad de juego en dimensiones de campo reducidas.
En total cerca de hora y media para comenzar a quemar las calorías acumuladas estos días, y una primera toma de contacto que tendrá continuidad en sesión matinal mañana martes, el miércoles y el jueves (horario de 10.00h.), antes de volver a descansar tres días (31 de diciembre, y 1 y 2 de enero), para encarar el nuevo año 2022 con la mente puesta ya en recibir a su próximo rival en liga: el CD Mirandés B. Un equipo con el que la Arandina tiene aún una cuenta pendiente sobre el terreno de juego tras haber caído eliminada ante a él a las primeras de cambio durante el pasado playoff de ascenso a 2ª RFEF, y un adversario éste, frente al que los ribereños quieren volver a sumar de nuevo de tres como en sus últimas cinco comparecencias.