El cese de 40 ganaderos en un año provoca escasez de lechazo

P. Velasco
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La disminución de las explotaciones más el incremento de los gastos de producción son las causas principales de que los precios se hayan disparado hasta más de un 25 por ciento

Un rebaño de lechazos churros de una explotación ganadera en la provincia de Burgos. - Foto: Alberto Rodrigo

«Nos podemos quedar sin el producto estrella de la Comunidad». De esta forma alerta el presidente del Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) del Lechazo de Castilla y León, José Luis Fraile, sobre la situación que atraviesa esta carne, ahora mismo con precios al alza de cara a las fiestas navideñas pero con escasez porque las ganaderías existentes no son suficientes para cubrir la demanda.

La IGP protege el lechazo de calidad que se obtiene de razas autóctonas (churra, castellana y ojalada), muy arraigadas a las tierras castellanas y leonesas y que solo han tomado leche materna. Fraile apunta a que hace un año se contabilizaban en la Comunidad unos 815 ganaderos que se dedicaban a la cría de lechazos con estas características, aunque las cifras han descendido considerablemente pasando a 776, según el último dato del que dispone la IGP. «No los hemos protegido bien», comenta José Luis Fraile, que incide en que los altos costes de la producción, con la subida de los cereales y los gastos energéticos, además de la baja rentabilidad ha llevado al cese de actividad de muchas ganaderías, a lo que se suma la falta de relevo generacional, «los jóvenes del campo ya tenemos más de 50 años» debido a las pocas oportunidades que ofrece el mundo rural con respecto al urbano.

Con estas perspectivas, y aunque los precios que se están pagando en la actualidad son considerados como «justos» por los ganaderos, Fraile advierte que la producción del lechazo con marca de garantía de Castilla y León podría pasar de unos 300.000 a 200.000.

«El problema lo tendremos a largo plazo, porque en un pueblo parece que el ganadero estorba porque ya no podemos estar en muchos sitios», afirma, tras lo que añade que esta situación no ayuda a que la gente joven se haga cargo de un rebaños de ovejas autóctonas. «Hay muchas trabas, no solo económicas sino también sociales, y al final hay que reconocer que la cantidad y la calidad están reñidas, ya son rebaños grandes de 600 o 700 cabezas y vamos a tener un producto industrial», matiza.

Precios.

Fraile afronta estas fiestas navideñas «con mucha incertidumbre», porque se concentra todo en cuatro días. «Parece que los precios están por las nubes pero son a los que realmente deberían estar para que sean rentables al ganadero», indica el presidente de la IGP, que recuerda a los problemas habituales a los que se enfrentan con muchos corderos que vienen de fuera de la Comunidad y que se matan y se etiquetan en la Comunidad: «Se debe concienciar a la gente de la calidad del producto, que deben llevar la vítola roja y ver la fecha de sacrificio».

Lo que es una realidad es que el lechazo es uno de los productos que se encuentran al alza en las lonjas de la Comunidad, aunque en las últimas semanas se ha estabilizado. En el caso de la de Zamora, una de las más seguidas por los ganaderos castellanos y leoneses, el lechazo de hasta 11 kilos cotizaba esta semana a 6,10 euros por kilo, mientras que hace un año se situaba en 4,55. La OCU calcula que el consumidor pagará este año un 25% más por el lechazo respecto a 2020.