El sector inmobiliario vivió en 2018 el mejor de sus últimos 8 años. Tanto el mercado de vivienda nueva como el de segunda mano se comportaron con una mejoría notable y eso se tradujo, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en la realización de 3.473 transacciones en la provincia de Burgos. Dicho de otra manera, un 9% más en comparación con las 3.187 que hubo en 2017.
La recuperación en esta ocasión fue incluso más fuerte en las operaciones de compra de pisos nuevos que en la de usados. Las ventas de los primeros se incrementaron un 11% respecto al año pasado (de 704 a 783), mientras que las de las viviendas de segunda mano, siempre mayoritarias en volumen, lo hicieron un 8,4% (de 2.481 a 2.690).
¿Cabe hablar de una nueva burbuja inmobiliaria? Con los datos del INE parece aventurado sostener una afirmación así ya que, pese a la mejoría del sector, las cifras de compraventa están aún muy lejos de los 6.309 pisos que, por ejemplo, se vendieron en la provincia de Burgos en 2007. Eso sí, eran tiempos de máximos históricos, de plena confianza en el sector y la vivienda se interpretaba como una de las inversiones más seguras y de mayor rentabilidad para cualquier ahorrador.
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