«Un día una mujer nos agradeció haber salvado a sus padres»

H.J.
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El actual superior de la Misión Católica en París es el arandino Carlos Tobes y ha contribuido decisivamente a la investigación

Carlos Tobes, el viernes en Aranda de Duero, donde está pasando sus vacaciones. - Foto: I.M.L.

En la Misión Católica Española en París viven actualmente dos arandinos, ambos de apellido Tobes y que son parientes lejanos entre sí. Tomás, de 81 años, es el más veterano. Carlos, de 69, es el superior y uno de los actores principales del hallazgo que ahora ha salido a la luz gracias a la investigación llevada a cabo por el historiador Santiago López.

Tobes se encuentra precisamente estos días de vacaciones en Aranda de Duero, cuya comunidad claretiana también se ha sorprendido ante el descubrimiento de la labor de quienes falsificaron las conversiones de los judíos en los años 40. «Aquella historia siquiera la conocíamos nosotros hasta que hace unos años llegó una mujer y nos dio las gracias por haber salvado a sus padres», relata el superior.

Tras llevar doce años en la capital francesa realizando una ingente labor social, y tras la petición para consultarlos del historiador, de repente se topó con aquellos documentos plagados de nombres y apellidos rusos o polacos que acababan cambiándose por otros franceses o españoles con tal de hacerlos pasar por nuevos cristianos y engañar a a los nazis.
 ¿Cómo llegó este arandino a una comunidad española en París? «Porque me mandaron», responde con la humildad característica de los misioneros. Tobes acumula una larguísima experiencia, ha pasado por destinos tan lejanos como Filipinas o Timor, así que para él vivir junto al Sena no tiene nada de particular. Sí, desde luego, la heroica labor de aquellos predecesores que se enfrentaron callada pero firmemente al exterminio y la barbarie.